Están más preparadas que nunca, les sobra talento y suman el 40% de la mano de obra mundial. Pero por más que lo intentan, en pleno siglo XXI, “el tiempo de las oportunidades”, las mujeres no consiguen romper con el ya bautizado “techo de cristal”: esa barrera invisible situada en los mandos de las compañías e indetectable para el radar de cualquier organización, ya sea pública, privada o política. En prácticamente todas las entidades se sigue cumpliendo con una regla que parece ser de oro: cuanto mayor es la responsabilidad del cargo a ocupar, más sangrienta es la batalla entre los ganadores y las perdedoras.

Marianne Bertrand, profesora de la Universidad de Chicago, junto con dos colegas suyos, han lanzado un informe que intenta desvelar un misterio: por qué las mujeres con un MBA (Master Business Administration) ganan menos que los hombres con la misma titulación. Los investigadores identifican tres razones que explican la enorme y creciente desigualdad salarial entre ambos sexos: “Diferencias en la formación antes de obtener el MBA; diferencias en el número de interrupciones profesionales y diferencias en horas semanales”. Un dato significativo es que, en la siguiente década a terminar el MBA, el 13% de ellas no han trabajado “en absoluto”, mientras que sólo uno de cada cien hombres no lo han hecho.  

Tener hijos es el factor que explica la menor experiencia laboral entre mujeres, una discontinuidad laboral mayor y un horario laboral más corto. “15 años después de terminar el MBA, las mujeres con hijos tienen un déficit de ocho meses en experiencia real post-MBA, en comparación con sus compañeros los hombres; mientras que las mujeres sin hijos presentan un déficit de mes y medio”, declara Bertrand.

Monika Hamori, profesora de recursos humanos del IE Business School, puntualiza que no sólo las mujeres que tienen niños ganan menos que los hombres. Hamori ojeó un estudio de graduados austriacos de negocio y encontró que, incluso las mujeres sin hijos, ganan menos que los hombres en su misma posición. “Yo creo que hay factores más invisibles que afectan a los ingresos de las mujeres. Ellas no son tan buenas como los hombres a la hora de negociar un salario y, por alguna razón, progresan más lentamente que los hombres en las organizaciones y son menos promocionadas”, critica Hamori.

14 presidentas entre mil presidentes

Las mujeres ocupan entre el 10 y el 45% de los asientos de los MBA. Sin embargo, sólo uno de cada cien nombres  de directivos ejecutivos de las 500 corporaciones más grandes de Europa y de EEUU pertenece a una mujer. “Hay 14 presidentas entre mil presidentes, el 1,4%”, cifra Hamori. Incluso, en un estudio realizado por ella misma, recapitula que los directivos de las diez primeras corporaciones estadounidenses, el porcentaje de ejecutivas femeninas superiores es aproximadamente el 11%. Un dato que no debería asombrar si se sabe que, en 1980, el porcentaje era cero. “En aquella época, no había ninguna mujer entre la lista de las cien fortunas más grandes de EEUU”, añade. 

Para rizar más el rizo, Hamori no cree que en un futuro próximo se llegue a la paridad en la dirección empresarial. Avalada por un estudio realizado por Connie Helfat en EEUU hace dos años, Hamori dice que tampoco existen mujeres que ocupen vicepresidencias. “Un dato que revela que la situación, probablemente, no mejore en los próximos cinco o diez años”.

Por sectores,  la asistencia médica, bienes de consumo y servicios financieros parecen ser los más listos en aceptar el talento femenino entre sus puestos de dirección. Peter Cappelli, miembro de la escuela de Wharton, lanzó un estudio donde dice que entre el 20 y el 30% de la dirección de estos sectores lo ocupan mujeres. Por el contrario, los sectores donde el acceso a la mujer sigue siendo inaceptablemente reducido son “el sector químico, entretenimiento y el comercio al por mayor”.  

Herminia Ibarra, del INSEAD, afirma en un estudio que ellos y ellas funcionan de un modo similar en la mayor parte de las áreas. Sin embargo, una diferencia que las aparta del poder es que “ellos sí tienen una visión más convincente sobre el futuro”. Sin embargo, se sabe que las mujeres hacen muchas cosas mejor que los hombres, “como llegar a acuerdos generales”. 

Guste o no, las mujeres son intrínsicamente diferente a los hombres. “Ellas no son tan buenas como ellos en negociar una subida de sueldo o no son tan ambiciosas en que su carrera profesional sea reconocida”. Para Hamori, lo más fuerte es que las propias empresas y los propios países sean los que frenen el despegue de la mujer en el ámbito profesional. “Si mira la participación de las mujeres en ocupación profesional entre los países de la OCDE, varía entre el 24 y el 81%, lo que indica que el segundo plano que sufren las mujeres no es inherente a su condición de ser mujer”. Islandia es el país menos discriminatorio, con el 81% de sus mujeres trabajando, seguido de Noruega, con el 72%. Los peores datos los recoge Grecia (46%), Italia (45%), México y Turquía.

Talento perdido o no aprovechado

Definitivamente, para Hamori el talento de la mujer es un talento perdido o no aprovechado. Según la estadística avanzada por Sylvia Ana Hewlett, el 37% de las mujeres profesionales en la UE deja su trabajo para cuidar de sus hijos o de sus padres. Otro 33% trabaja de media jornada por la misma razón. Cuando quieren volver a trabajar a jornada completa, “sólo el 40% consigue un trabajo como ellas quieren, y son castigadas con severidad en términos de salarios y promociones”, dice Hamori.

La propia Hewlett guisó unas recetas para quitar el freno de mano al despegue de la mujer: “Hay que proveer de empleos con horas reducidas; que los días sean flexibles; proporcionar flexibilidad en las carreras y dejar que las mujeres sigan su propio ritmo y eliminar el estigma asociado con empleos y horarios flexibles”. Seguramente se tarde en conseguir la tan ansiada igualdad entre sexos. Para Hamori,  la escasez de talento creciente en los países desarrollados será la locomotora que tirará de la mujer para que este mundo no se quede sin gasolina.

88.  marketthinktank.com28/02/2009, 11:49 h.

Miedo me da saber cómo han calculado las estadísticas que aquí se muestran. Lo suyo era comparar datos homogéneos a la hora de comparar. El caso de las mujeres es mucho más heterogéneo a nivel intra e intergeneracional que el de los hombres, y eso habría que "controlarlo" a nivel estadístico.

- Intrageneracional: "un 13% de las mujeres no trabaja después de 10 años de haber acabado su MBA". Esas mujeres no deberían entrar en ninguna comparación salarial porque desvirtúan mucho los resultados.

- Intergeneracional: cuál es la edad de los Presidentes de las compañías? Cuántas mujeres de esa edad centraron su vida en su carrera profesional? Un 14 por 1000? Pues eso. Veremos aumentar el ratio de una forma natural conforme pasen los años.null

Vamos, que en función de cómo se manejen los datos, tendremos más polémica o menos. La estadística es un arma de doble filo.

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87.  Malinche27/02/2009, 22:36 h.

Taraza:

Sí estoy registrada y hasta tengo cinco estrellas.

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86.  Malinche27/02/2009, 22:28 h.

Taraza:

Como dice el libro "Los hombres son Marte y las mujeres son de Venus" [o algo así, se titula] los hombres y mujeres tendremos siempre distintas formas de ver el mundo porque nos movemos por impulsos distintos.

Pero eso no significa que las mujeres no podamos desempeñarnos tan bien como los hombres en el mundo profesional y que se nos reconozca nuestro trabajo.

No queremos cuotas, ni ministerios de Igual-dá. Queremos las mismas oportunidades.

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85.  gervasio27/02/2009, 21:30 h.

¿Hasta cuando ese eterniiiiiiiiiiííííiíííísimo victimismo?. Actualmente si una mujer se lo plantea puede llegar dosnde puede llegar un hombre.
Debería de desaparecer de inmediato el Ministerio de la Igualdad. Sólo sirve para alimentar uno de esos TOPICOS propagandísticos y persistentes de izquierda con los que arañan votos, [además de un tremendo despilfarro económico en estos tiempos de precariedad]. Lo que hace avanzar y evolucionar a las sociedades son las aptitdes de esfuerzo y superación de lo que creo que la mayoría de las mujeres andan sobradas.
Esas políticas tan drásticas tales como los cupos en Instituciones y Empresas ó en los citados Organismos[Ministerios, Departamentos, Concejalías, etc], son antinaturales[que conste que no me inclino ni por un sexo ni por otro], y a la hora de la verdad sólo menosprecian la capacidad de la mujeres.

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84.  taraza27/02/2009, 20:53 h.

¡Oh, malinche: menos mal que no estás registrada [registrado, puede ser, sí] y no salen comentarios tuyos. ¡Menuda jupa te has dado, eh?!. Por si acaso vuelves por aquí, una última: hombres y mujeres, nunca llegaremos a entendernos. Resulta imposible entender muchos de los argumentos de la mujer. Supongo que dirás: "Y viceversa". Estamos de acuerdo, pues: no hay posibilidad de entenderse. Intelectualmente, claro.

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