El estar en su sitio de Juande Ramos
@Juan F. Polo* - 18/12/2008
Bernardo Schuster fue un futbolista primoroso. Tenía pase largo, zancada, dominio del juego, personalidad en el campo, una hermosa melena rubia, control del balón y un disparo asesino. El fútbol le descubrió en un Europeo a primeros de los 80 en el que debutó con 19 años y asombró a todos por esas cualidades impropias en un jugador de su edad. Al año siguiente ya estaba en Barcelona para hacer dupla con Maradona, luego vino su paso por el Madrid del final de la prodigiosa quinta del Buitre y su despedida como futbolista de élite en un Atlético en el que sólo él era el faro del juego. Pero, en su larga y exitosa carrera, a Schuster le perdió su carácter hosco, su actitud abúlica, su dificultad para entender el entorno del fútbol, acatar la disciplina del entrenador, la autoridad del presidente y el peso de la prensa en el aficionado.
Esas constantes se han repetido en el Madrid. Ha dado la impresión de no saber formar parte de una sociedad, de ser como una especie de cazador solitario y, por supuesto, de no superar la prueba continuada del fuego cruzado de la prensa deportiva. No ha sabido entender la regla sagrada del Real Madrid: sale a ganar todo, bajo cualquier circunstancia, en cualquier campo y con la bandera de la lucha por delante.
Juande Ramos fue un jugador menor, nacido en Pedro Muñoz, sin cualidades y sin brillo futbolístico, un gladiador del fútbol modesto. Su carrera como entrenador se ha ido construyendo poco a poco, peldaño a peldaño, de los equipos menores hasta sentarse en el banquillo del Bernabéu. Triunfó en el Sevilla y su falta de inglés le taponó su carrera en las Islas. Se ha ganado fama de entrenador serio, trabajador y con un conocimiento profundo de la gestión de los futbolistas y de la táctica del juego. Conoce el fútbol y sus claves.
Su llegada al Madrid, en una fría mañana de diciembre, está siendo un ejemplo de saber estar y de conectar con la tradición, los valores y las expectativas del madridismo. Lo primero que dijo es que el Madrid no entrega nunca la cuchara. Vistió a sus estrellas de guerrilleros, preparó con detalle el partido sobre la base de las debilidades intrínsecas del Barcelona y durante 83 minutos desconcertó tanto al equipo de Guardiola que le desestabilizó su juego, mientras el madridismo vibraba al otro lado de la pantalla. Se viste con el uniforme del club y siempre actúa como se espera que actúe el entrenador del Madrid: con entereza, con sobriedad y con afán de victoria. Al domingo siguiente fue a ver al Castilla, pues los canteranos cuentan, como un aficionado más y ya ha preparado sesiones dobles de entrenamiento con el primer equipo. Con su tono sereno y firme habla con la prensa y les dice que no se conforma con un segundo puesto en la Liga. Ha empezado la remontada. Justo lo que quiere el madridismo.
Juande Ramos sabe estar, sabe decir lo que se espera de su persona y de su posición, sabe conectar con los suyos y representar la historia y los anhelos del madridismo. Ha sabido crear la sensación en la afición de que tiene la receta para recuperar el fútbol y representar con dignidad. El nuevo entrenador blanco tiene mensaje, tiene presencia, tiene imagen, tiene puesta en escena y domina lo qué decir y lo qué callar a las preguntas de la prensa. Juande Ramos sabe estar y gestionar una de las crisis más profundas que recuerda el madridismo. Los resultados le acompañarán o no, pues el fútbol es más caprichoso que la vida, pero su imagen está siendo perfecta. Y la imagen mueve montañas y hace entrar los balones en la portería enemiga. Muchos líderes empresariales y financieros, sumidos en las crisis del XXI, deberían sentar un Juande Ramos a su mesa para que les proporcione unas gotas de sobriedad, mensaje, gestión y saber estar.
*Juan Francisco Polo es socio y director general de Llorente & Cuenca
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Opiniones de los lectores (7)
7. Scottero18/12/2008, 19:01 h.
A Juande no lo perdió en Inglaterra su bajo nivel de inglés. Su segundo entrenador era el uruguayo Gustavo Poyet, ex jugador del Chelsea, que habla inglés. A Juande lo perdió en Inglaterra el llevar 2 puntos en 11 partidos (33 en juego). Juande no vistió de nada a sus estrellas en el Nou Camp, el Barcelona le dio un baño desde el minuto 1, y sólo le faltó puntería para meterle una goleada, es el Madrid más defensivo de la historia, con menos de un 30% de posesión de balón. El humilde Juande es un pesetero capaz de irse de un equipo en la séptima jornada o capaz de forzar un despido para embolsarse el contrato sin trabajar. Un tío con suerte que después de hacer el ridículo en el Tottenham lo ficha el Madrid por un millón de euros al mes. Esa es su gran virtud: tiene suerte.
6. harrobia18/12/2008, 18:02 h.
Jolín Juan Francisco ¿Te has quedado a gusto? ¿Con un solo partido de Juande ya te ha salido todo esto? Bufff...
5. principiopeter18/12/2008, 17:37 h.
Hombre, a Schuster algo de mano izquierda sí que le ha faltado siempre. Como jugador y como entrenador. Se es taciturno o risueño de nacimiento, de acuerdo, pero algo de habilidad dialéctica tiene que ir con el sueldo. A no ser que uno se crea un divo intocable que no se rebaja a dejarse dar cornadas por los periodistas insolentes y arrogantes, que son bastantes. O a no ser que uno sea un tímido patológico que no se atreva a afrontar el lenguaje sarcástico y lesivo (so capa de rendir tributo al sagrado derecho a la información) de esos mismos periodistas, que casi parecen agredir con el micrófono en ristre. Taciturno (¡y mucho!) lo fue el bueno de Vujadin Boskov, pero nadie le recuerda un desplante ni una mala palabra. Quizás no le era necesario porque afrontaba las ruedas de prensa relajado y tranquilo, porque acaso ni se sentía inseguro ni se creía intocable, vaya usted a saber.
Para recordar la ralea de "algunos" periodistas sólo hay ponerse un vídeo de cuando entrevistaban a bocados a Javier Clemente o, más recientemente, a Luis Aragonés.
En la época más ácida de Louis Van Gaal, lo primero que SIEMPRE preguntaban a Del Bosque era por la situación del Barça... vaya tela.
4. ubetense18/12/2008, 15:11 h.
Para hablar de fútbol hay que tener un poco más de rigor e imparcialidad.
Ni Schuster era tan malo, ni Juande tan bueno.
A Juande no le echó de Inglaterra su bajo nivel de inglés, sino ser el segundo peor entrenador en los más de cien años de historia del Tottenham.
Y el partido del Madrid en Barcelona fue de lo más cobarde que se recuerda en muchos años.
Y quien no lo quiera ver, o es un ilusionista o es un ultra.
3. Invitado18/12/2008, 11:14 h.
Que el poseer "una hermosa melena rubia" sea una virtud futbolística es algo que ignoraba por completo hasta hoy. Entonces, ¿los calvos juegan peor?
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