Astra está dispuesta a dar batalla. La empresa de satélites con sede en Luxemburgo, que ya impugnó el concurso para la ampliación de la cobertura de la Televisión Digital Terrestre (TDT) en Castilla y León, ha presentado sendos recursos a las convocatorias de Cataluña y Madrid, dando carta de naturaleza a una política que amenaza con poner en jaque la implantación de la TDT, con el apagón analógico en el horizonte de abril de 2010. ¿El problema? Que los pliegos de los concursos autonómicos no separan la tecnología terrestre, que dará la mayor parte de la cobertura, y el satélite, que la completará. Un escenario que, según Astra, hace que sólo haya una compañía adjudicataria posible: Abertis tiene posición de dominio en el primer mercado y es primer accionista de Hispasat, lo que le da acceso al segundo.

¿Por qué se no se tratan en la licitaciones autonómicas TDT y satélite como mercados separados? El director general de Astra, Luis Sahún, lo tiene claro: “Industria ha presionado a las comunidades para que no convocaran el concurso del satélite porque se lo iban a dar gratis et amore a Hispasat”. ¿Por qué? Porque está participada por el Estado y, sobre todo, porque el Gobierno está en manos de Abertis para que el apagón analógico salga bien. Esa es al menos la tesis de Sahún. “La fórmula retrasará en el tiempo la solución digital para aquéllos núcleos de población de la Comunidad de Madrid, en los que la dispersión o una difícil orografía imposibilite la difusión de la señal digital de manera terrestre”, expone la compañía.

En el caso de Cataluña, Astra detecta todavía más coincidencias. Según se recuerda en el recurso presentado ante el juzgado de los contencioso administrativo, Abertis, a través de Retevisión, es con un 41,75% socio mayoritario de la Sociedad Torre de Collserola, que realiza la prestación del servicio portador de televisión en Barcelona y buena parte de Cataluña. La entidad pública que contrata, el Centre de Telecomunicaciones i Tecnologies de la Informació de la Generalitat tiene un 22,85% en la Torre. Un estado de cosas que limita la objetividad y neutralidad del órgano contratante, según explica Astra. Fuentes de Abertis consultadas por este periódico prefirieron no hacer ningún comentario.

“El conflicto de intereses y la incompatibilidad del adjudicador (el CTTI) para decidir la adjudicación del contrato, al ser socio de la compañía que presta buena parte del servicio portador en Cataluña, es evidente. No existe la necesaria neutralidad de la Administración contratante y el respeto a los principios de publicidad, transparencia, no discriminación e igualdad de trato entre los candidatos es dudosamente tenido en cuenta. La entidad convocante y la licitadora, a cuyas condiciones se ajustan los pliegos, participan (ambas como accionistas muy relevantes) en Torre de Collserola, sociedad que permite la cobertura de TDT en buena parte de Cataluña”, constata el recurso.

¿Es razonable que los concursos no distingan el satélite de la red terrestre? Diferentes fuentes del sector consultadas por El Confidencial explican que ambas tecnologías son muy complementarias, hasta el punto de que no es casualidad que el satélite tenga incorporada desde hace años la señal terrestre. “Una vez subida la señal, el coste es cero”, explican, añadiendo que con la TDT el objetivo está siendo maximizar el esfuerzo terrestre para que quede el menor porcentaje de población sin cubrir por esta vía. Desde Astra se recuerda que el mercado del satélite está liberalizado desde 1995. No se tiene demasiado claro hasta qué punto las acciones legales de Astra pudieran influir en los plazos para la implantación de la TDT. En abril de 2010, las televisiones privadas tienen la obligación de facilitar una cobertura del 96%, mientras que las públicas deben llegar hasta un 98%.

Ruptura unilateral

Astra, que ya ha anunciado su intención de llevar el caso ante la dirección general de Competencia en Bruselas, también amenaza con acciones legales contra la Comunidad de Cantabria, después de la “ruptura unilateral” del contrato firmado por ambos tras ganar la compañía el concurso público para realizar el complemento por satélite de la cobertura terrestre. Una frase de las expuestas por Idican, la Sociedad Regional Cantabria I+D+i, para justificar el fin del acuerdo hace que la empresa vuelva a mirar a Industria: “La decisión sobrevenida de la Administración del Estado Español de implantar la cobertura del 100% de los servicios de televisión digital para todo el territorio nacional, hace inviable la implantación del servicio concertado y, por ello, la ejecución e implementación del referido contrato”.

“¿Por qué iban a gastarse un dinero extra los cántabros si en otras comunidades va todo en el mismo paquete?”, entienden en el fondo desde la compañía, añadiendo que a partir de entonces los pliegos se han hecho ad hoc. Astra ha remitido diferentes misivas al ministro de Industria, Miguel Sebastián, y al secretario de Estado de Telecomunicaciones, Francisco Ros, para denunciar la situación, sin recibir una respuesta satisfactoria. “Están expulsando del mercado a una empresa eficiente, competitiva y orientada al consumidor. Se va camino de convertir en un monopolio un sector estratégico de vital importancia, como es el audiovisual”, se lamenta. SES Astra tiene una penetración del 75% en el mercado español y es el principal sistema de satélites Direct-to-Home (DTH) en Europa, llegando a 117 millones de hogares.

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