TRIBUNA LIBRE
Sebastián Reyna
Las empresas individuales en el centro de la crisis
@Sebastián Reyna - 27/11/2008 06:00h
Todos los colectivos sociales, empresariales y profesionales se consideran siempre los más dañados por lo duros coletazos que ya está produciendo la crisis económica y sus consecuencias en un próximo futuro. Sin embargo, objetivamente el sector que sufre en mayor silencio, pero con mayor crudeza, los efectos de la recesión es el de las empresas individuales y en particular el de los trabajadores autónomos. Este colectivo híbrido entre el trabajo y la actividad empresarial, experimenta directamente las consecuencias del desempleo, pero también las de la crisis de competitividad empresarial y los directos de la restricción crediticia, y todo ello sin un marco de protección social y seguridad jurídica todavía suficiente.
El 56% de las empresas españolas, según los datos del DIRCE son personas físicas que ejercen una actividad económica por cuenta propia. Por otra parte, más del 18% de la población activa ocupada son trabajadores autónomos, titulares de una empresa personal y 1.600.000 empresas no tienen ningún trabajador por cuenta ajena a su cargo. Este es el colectivo, mayoritario entre las empresas, al que denominamos de autónomos o empresas individuales.
En el ámbito sociolaboral, los autónomos son la parte más débil y que menos puede aprovechar el entramado jurídico de la protección en el trabajo que hemos configurado en nuestro país. Tras el cierre o la reducción de actividad de una mediana o gran empresa son cientos los trabajadores autónomos que pierden en primera instancia su actividad propia. La distribución, la actividad comercial, el mantenimiento de las instalaciones, el diseño gráfico o informático, son actividades que han sido externalizadas habitualmente en estas empresas y las personas que las ejercen son a las primeras a las que se rescinden los contratos o sencillamente que no continúan.
Los autónomos son la sombra alargada de los expedientes de regulación de empleo. Para ellos no hay indemnización ni liquidación del contrato. No tienen derecho a prestaciones por desempleo y para ellos no hay prejubilaciones ni planes de recolocación. Quedan a su suerte y con dificultades para acceder a nuevos clientes.
Las empresas individuales, es decir, los mismos sujetos, son el último eslabón en el proceso de subcontratación. En ellos repercute directamente la morosidad en los pagos. En los casos de situaciones concursales son los últimos acreedores con derecho a cobro. Ellos mismos no pueden presentar concurso individual, ante la complejidad y alto coste de estos procesos.
Al no tener responsabilidad limitada responden con todos sus bienes presentes y futuros, en la gran mayoría de los casos con todo el patrimonio familiar. Su capacidad de diversificación está limitada por la carencia de financiación externa. En consecuencia, este amplio colectivo que, contradictoriamente, es la base de nuestra actividad económica, sufre como trabajador el desempleo sin ningún tipo de amortiguación y como empresario la insolvencia sin límite de responsabilidad patrimonial.
Creo que las expuestas son suficientes razones para que los poderes públicos en sus políticas expansivas de inversión económica y social tengan muy en cuenta estas situaciones. Además es un consejo práctico, puesto que en experiencias anteriores de situaciones críticas se vino a demostrar que la capacidad de aguante y facultades especiales de flexibilidad de este colectivo emprendedor es sustancial en la superación de las dificultades económicas para todos.
Por otra parte, hoy es aún mayor la responsabilidad de los Gobierno para apoyar las nuevas iniciativas emprendedoras, tanto de los autónomo que consideran reconducir su actividad habitual, como de los desempleados que toman la opción de ejercer una actividad propia. Programas de financiación y asistencia técnica y formación son cada vez más importantes y deben responder a la iniciativa de miles de personas que pueden con su esfuerzo reconducir en gran parte la actual situación de inactividad de nuestra economía.
Sebastián Reyna, secretario general de UPTA España.
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Opiniones de los lectores (3)
3. saquete1, 28/11/2008, 10:31 h.
¿Cuanto pago yo en impuestos para ganarme 1000 euros limpios? ¿Cuanto para en impuestos un autonomo para ganarse 3000 limpios? Que cada perro...
2. ancarnu1, 27/11/2008, 14:09 h.
Sr. Reyna: conozco autónomos (varios) que, desde hace años, entre el 40 y 60 % en negro. Yo, asalariado,100 % blanco. Ellos con unifamiliar bonito y auto's de 30.000 euros para arriba y yo con un corsa de 10 años. Otra cosa: durante 35 años he regalado a la empresa horas extras sin cobrar del orden de unas 800 1000 anuales . Actualmente con el 40 % de rebaja en la pensión de la Seguridad Social por jubilarme VOLUNTARIAMENTE a los 60 años.Sabe que le digo : que cada perro se lama su cipote.
1. Forest1, 27/11/2008, 12:10 h.
Sr. Reyna, ¿Cuántos año lleva al frente de la UPTA? ¿En qué ha mejorado la situción del autónomo en España desde entonces? ¿Qué ha conseguido su asociación en estos últimos cinco años con un gobierno socialista amigo (de usted)? ¿En qué situación se encuentra el propagandístico y nunca desarrollado nuevo estatuto del trabajador autónomo? ¿pero de verdad velan ustedes por este trabajador? Gracias por sus respuestas.
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