Conseguir un préstamo se ha convertido en una quimera para muchas empresas y familias. Pero no todos los agentes económicos tienen los mismos problemas para obtener liquidez. Este es el caso de las administraciones públicas, que en los últimos meses se han convertido en una seria competencia del sector privado a la hora de captar créditos. Por primera vez desde diciembre de 1996, el crecimiento del crédito en el sector público es mayor que entre las familias. En concreto, mientras que el volumen de créditos concedidos a los hogares está creciendo a un ritmo del 6,6%, en las administraciones públicas lo hace  ya al 7,3%. En el caso de las empresas, el crédito aumenta todavía a ritmos del 9,1%, la mitad que al comenzar el año.

Esto supone que en un contexto de restricción del crédito como no se conocía desde hace más de 60 años, el número de jugadores de la partida del crédito ha aumentado, lo que significa que el sector privado de la economía tiene más dificultades para obtener financiación. La causa de este proceso –conocido por los expertos como crowding out- tiene que ver con el aumento del déficit público, que ha obligado al Estado a acudir a los bancos para financiar sus actividades.  Se trata de un fenómeno reciente. Hasta junio de este año, el sector público no sólo no pedía prestado a los bancos  (saldo de flujo efectivo), sino que, por el contrario, su financiación mostraba tasas negativas de crecimiento.

Los datos publicados ayer por el Banco de España no sólo no reflejan que el Estado expulsa a familias y empresas del mercado de crédito, sino que, además, muestran que la financiación de la economía lejos de mejorar, empeora de forma cada vez más significativa. Hasta el punto de que el flujo efectivo (saldo entre los nuevos créditos y los cancelados) cae ya cerca de un 40% entre enero y septiembre respecto del mismo periodo de tiempo del año anterior.

Baja la concesión de créditos

Dicho en otros términos. Si en los tres primeros trimestres del año pasado bancos y cajas de ahorros concedieron 199.122 millones de euros para financiar las actividades de sus clientes, en el mismo periodo de este año se ha alcanzado únicamente los 127.222 millones de euros. De proseguir la actual tendencia, el ejerció se cerrará con unos 160.000 millones de euros prestados a los agentes económicos, muy por debajo de 255.203 millones registrados en 2007 y menos de la mitad respecto de los 335.000 millones de euros que prestó la banca a sus clientes en 2006, lo que das idea de cómo se está racionando el poco dinero que tienen los bancos para prestar.

Teniendo en cuenta a todos los agentes económicos (incluyendo las administraciones públicas), el crédito –la gasolina que hace funcionar el sistema económico- está creciendo a ritmos del 7,9%, la mitad que hace un año y prácticamente la tercera parte que hace dos. Se trata de la tasa más baja desde noviembre de 1996.

La restricción del crédito no está afectando a todos los segmentos por igual. De hecho, y frente a lo que ha venido sucediendo en los últimos años, los préstamos destinados a la adquisición de vivienda están creciendo a un ritmo del 6,3%, claramente por debajo de la media, lo que indica que la banca ha abandonado definitivamente el mercado inmobiliario como fuente principal de sus ingresos.

El consumo público sube con fuerza

La mayor financiación  de las administraciones públicas parece coherente con lo que está sucediendo en términos de Contabilidad Nacional. Los datos dados a conocer ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) reflejan que en el tercer trimestre de este año, respecto al mismo periodo del año anterior, el consumo público ha crecido un 5,9%, lo que significa la tasa más elevada desde el cuarto trimestre de 2004. El sector público, por lo tanto, se ha convertido en el segmento más dinámico de la economía, lo que le da un fuerte carácter contracíclico.

La última Encuesta de Población Activa (EPA) ya advertía de este hecho. Según la EPA, mientras que la ocupación en el sector privado de la economía está cayendo a un ritmo del 1,3% anual, en el caso de los asalariados del sector público se está produciendo un repunte del 2%, lo que da idea del distinto comportamiento de ambos agentes económicos. Está creciendo, en particular, el empleo administrativo o de servicios, ya que el número de asalariados de las empresas públicas se ha reducido en un 4%, muy por encima de lo que está cayendo el empleo asalariado total (-0,7%).