publicidad
VALOR AÑADIDO  ,  S. McCoy

La noticia más importante del martes no es Obama, ni siquiera el paro

Acerca de ...

@S. McCoy .-Experto financiero que escribe Valor Añadido. Es un incisivo analista que despertó el interés de nuestros lectores con sus brillantes y didácticos artículos sobre empresas, sectores y tendencias del mercado.

@S. McCoy - 05/11/2008

Como siempre la pista me la proporciona el diario financiero de referencia a nivel internacional: el Financial Times. Reseña en páginas interiores e interpretación en Lex Column. Una noticia, a mi juicio, más importante que el resultado de las elecciones en Estados Unidos e, incluso, que el dato de paro a nivel nacional con todo lo que tiene de esperanzadora la primera para muchos y de desalentadora, para otros tantos, la segunda. No las estoy minusvalorando, no me mal interpreten. Simplemente creo que en la jerarquía de la información de ayer martes hay una pieza que gana, por escaso margen, a todas las demás: el reconocimiento explícito del presidente chino de que si el crecimiento de su país se ralentiza, -hasta situarse, según los analistas, por debajo del 8%-, “peligrará el empleo, la recaudación fiscal y el desarrollo,  llegando incluso a ponerse en riesgo la estabilidad social de la nación”. Ups. Lo que se venía cacareando sotto voce por los conocedores de la cuestión, no sólo es real como la vida misma, sino que lo es hasta el punto de que las propias autoridades chinas reconocen que la bonanza económica de los últimos años ha sido la espita que ha permitido que esta particular olla a presión no estallara. Un guiso de más de mil millones de ciudadanos cuya movilización puede traer consecuencias impredecibles. Y no sólo en China.

Las declaraciones coinciden con una fuerte ralentización de su actividad industrial e inmobiliaria, especialmente en las exportadoras provincias costeras del sur, lo que ha llevado al gobierno a desarrollar políticas expansivas tanto de tipo monetario (tres bajadas consecutivas de tipos de interés y eliminación de cualquier restricción impuesta con anterioridad a la actividad crediticia) como de corte fiscal, a través del establecimiento de programas de infraestructuras públicas, fundamentalmente ferroviarias.  Un doble mecanismo de actuación sobre su economía que se encuentra con una restricción igualmente dual. El efecto perverso que puede tener sobre el poco profesionalizado sistema bancario chino la instrucción estatal de dar financiación a quienes lo soliciten, más allá de la solvencia que acrediten, argumento que centraba la Lex Column de ayer, y la más que lenta transición del ahorro al consumo por parte del ciudadano medio chino, que hace que la dependencia del ciclo global para su realidad económica no se relativice con el paso del tiempo. Junto con la política de cambio que China finalmente adopte, que en las circunstancias actuales tiene pocos visos de cambiar por lo que no esperen una apreciación acelerada del yuan, son éstos dos elementos claves para entender cuál puede ser el futuro del país.

Respecto al primero, efecto multiplicador de la banca privada, les traigo a colación un muy interesante artículo recogido ayer por Yves Smith en Naked Capitalism. Como siempre provocador y esperemos que, en contra de lo que suele ser habitual, no premonitorio, por el bien de todos. China se enfrenta a una crisis de liquidez, es el encabezamiento. Cuando menos, sugerente teniendo en cuenta que estamos hablando del mayor depositario de reservas del mundo. Tras recordar que la solvencia de la banca china es un tema que se viene cuestionando desde 2006, y que la situación se ha visto agravada en los últimos meses como consecuencia de los fallidos en los préstamos a promotores, viaja hasta Estados Unidos para llevarnos, de la mano de Stratfor -ese viejo conocido de ustedes y mío, que anticipara la nacionalización boliviana de los pozos de Repsol como recogimos en su día en este Valor Añadido-, a las afirmaciones realizadas por una de los principales entidades financieras del país: The People´s Bank of China: hay una probabilidad cierta de que se produzca un credit crunch inmobiliario y, por ende, bancario que se lleve el sistema financiero local por delante. La pieza es corta y merece una lectura detallada. Si verdaderamente hay este fuego y las autoridades, como señala la Lex, están dedicándose a echar gasolina adicional, cuidadín, cuidadín que la que viene puede ser de agárrate y no te menees.

Por lo que hace referencia al consumo, me remite un lector un informe de Factset extraordinariamente interesante, available upon request. Bien. El punto de partida es cañero y revelador. Como consecuencia de la ralentización que vive el país, “puede que el proceso de liberalización económica emprendida en los últimos años sea finalmente más ilusorio que real”. Toma ya. ¿Efecto Olimpiadas? A partir de ahí, cada párrafo una idea nueva que daría para multitud de artículos diferentes. Yendo a la parte que nos ocupa, la posibilidad de creación de una demanda interna suficiente que aminore la dependencia exterior, hay un elemento esencial para entender los obstáculos a la materialización de dicho fenómeno. Señalan los autores,  Jean Luc Buchalet y Pierre Sabatier, que “China será antes vieja que desarrollada”. En un país donde la cobertura sanitaria, educativa y de jubilación brilla por su ausencia, se ha implantado en el subconsciente colectivo la necesidad de prevenir el futuro. No hay que olvidar que la política de un solo hijo está generando un desequilibrio en la pirámide poblacional que ríanse ustedes de los problemas de la Seguridad Social en España. Se espera que el escalón de mayores de 60 años crezca a un ritmo cinco veces superior al resto de aquí al 2020, reduciéndose el nivel de dependencia de 5 a 1 a 2 a 1 en el mismo periodo. Ni las caídas de la bolsa ni el colapso inmobiliario van a ayudar que ese consumo nacional, que en el peso del PIB es exactamente la mitad que el de los Estados Unidos (36% contra 71%), repunte en el corto plazo. Olvídense.

Concluyo, que hoy se me ha ido la mano. Lo importante de todo lo relatado no es tanto lo que está pasando en China cuanto las consecuencias que puede llevar aparejadas. Ante el riesgo de desorden social, caben tres alternativas, a cada cual más preocupante. Una primera, la represión interior y el control absoluto de la economía que vuelve a servir al Estado y no al mercado. Posible pero poco probable. Una segunda, expansión militar mediante la adecuada identificación de un enemigo exterior. Unir al país no en sino contra un objetivo común. Un recurso tradicional que, en manos de China, podría resultar absolutamente terrorífico. Porcentaje bajo de probabilidad. Cualquier conflicto global a día de hoy tiene más visos de generar sólo perdedores y no vencedores o vencidos a partes iguales. Cosas de la sofisticación militar. Tercera y última, repliegue controlado que se concretaría en un aumento sustancial de los niveles de proteccionismo de su economía, subvencionando las exportaciones, con un papel estelar de su moneda, y asegurándose los aprovisionamientos mediante acuerdos bilaterales como ha realizado de forma más o menos soterrada hasta ahora. Se trataría de mantener la actividad exterior como única tabla de salvación, más allá de la débil realidad económica internacional. Dado que la reciprocidad lleva a medidas similares por parte de los alter egos en el comercio internacional, puede que mi optimismo respecto al futuro del libre comercio fuera infundado. Quién sabe. As usual, se abre el debate. Perdón el rollo de hoy.

Valorado (5/5) Valorado (5/5) Valorado (5/5) Valorado (5/5) Valorado (5/5) (5/5 | 1 voto)

|

 Compartir

|

 Deja tu comentario

|

 0 Comentarios

los más leidos los más leidos los más comentados los más enviados