Ibercaja, el general Mola y El Corte Inglés

@Leopoldo Abadía - 28/10/2008 06:00h

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Mi vecino de San Quirico y yo tenemos hoy el día nostálgico. Empezamos a hablar de cómo conocimos a nuestras mujeres y nos ponemos tiernos.

Él la conoció en un baile del pueblo de al lado. (Ahora me entero de que mi vecino de San Quirico NO ES de San Quirico.)

No se acuerda muy bien de los detalles, pero parece que hubo flechazo. Que ella pensó: “¡Vaya mozo!” Y que él dijo: “Esta moza no está nada mal”.

En Zaragoza, yo iba al Colegio de los Jesuitas, que estaba en General Mola, 1. Mi mujer iba al Colegio de las monjas del Sagrado Corazón, que estaba en General Mola, 3.

Y claro, la proximidad ayudó.

Hoy, General Mola se llama Sagasta. Los Jesuitas han dejado paso a Ibercaja y las monjas, al Corte Inglés.

Supongo que ahora, los de Ibercaja se casan con las del Corte Inglés, y al revés.

Los del pueblo de mi vecino se siguen casando con las chicas del pueblo de al lado.

Es que esto de la proximidad es muy bueno. A veces, es muy malo, cuando se nos nublan las ideas y atacamos al vecino precisamente por eso, porque es el que tenemos más cerca.

Seguramente, también esa es la razón por la que, cuando volvemos del trabajo, cansados y de mal humor porque el jefe, una vez más, nos ha hecho una de las suyas, lo paga la mujer, el marido, o el niño que tiene la desgracia de abrir la puerta.

Pasa lo mismo en el mundo. Y pasa en nuestra tierra. Y reñimos con el de al lado, porque él tiene agua y no nos la quiere dar, o porque yo tengo no sé qué y no se lo quiero dar.

A veces, pienso que estamos todos un poco locos. Se oyen o se leen unas cosas pintoresquísimas que nos hacen decir eso de que “¡aquí estamos todos locos!”.

Y a mí eso me molesta, porque yo no estoy loco. Y mi mujer, tampoco. Y mi amigo el de San Quirico y su mujer, tampoco. Y la mayoría de la gente que conozco, está en su sano juicio.

Y pienso:

1. ¿No será que todos los chalaos ocupan las principales páginas de los periódicos?

2. ¿No habría que pegar un puñetazo en la mesa -amablemente, sí, pero puñetazo- para que los que tienen responsabilidades públicas discurran con la cabeza y no digan o hagan tonterías como las que hacen a diario?

3. ¿Y que se callen cuando tengan que callarse, o sea, muchas veces?

4. ¿Y que hablen cuando tengan que hablar, o sea, pocas veces?

En catalán hay una palabra, seny (que no se pronuncia seni, como lo hacen mis cuñadas, sino señ), que es muy rica. Significa una mezcla de sentido común, discreción, finura, elegancia…

Se me ocurrió hacer un ranking de gente que sale en los periódicos o en la tele en cuanto a lo del seny, ¡y me salió cada cosa! No os lo quiero enseñar, para que nos penséis que critico, pero ¡uff, lo que salió!

Una periodista me preguntó el otro día: “Pero, ¡¿en manos de quién estamos?!

Y curiosamente, ella misma se contestó: “¡¡En las manos de Dios!!”

Menos mal que es así. Pero no podemos olvidar que Dios ayuda a los que se ayudan a sí mismos y ayudan a los demás.

He visto una portada de una revista que no me ha gustado nada. El título es “Camino de la recesión”. Se ve una multitud de personas, de 8 en fondo, avanzando hacia una agujero grande y cayéndose todos por él.

¿No hay nadie que salga de la cola y diga: “A mí estos no me hunden?”

He estado recientemente en tres reuniones de empresarios. He salido feliz de las tres. No han hablado de la crisis. Han hablado de lo que están haciendo.

Saben de sobras lo que ha pasado, lo que está pasando y, con más precisión que otros, lo que va a pasar. Pero ellos están trabajando.

Además, con mucha frecuencia, trabajan juntos. Inventan cosas que si las hacen juntos les salen mejor, se transmiten ideas, discuten posibilidades…

En fin, lo que hacía mi amigo de San Quirico cuando bailaba con aquella chica en el pueblo de al lado, y hacían planes de todo lo que iban a hacer en su vida juntos.

O lo que hacía yo con la otra chica cuando paseábamos Mola arriba y Mola abajo, pasando un poco de frío, porque no nos llegaba el dinero para ir al Gran Hotel, que es donde iba la gente bien de Zaragoza.

Le oigo a mi amigo repasar su vida. Me dice que le sorprende comprobar que muchos de aquellos planes que hacía con su novia, se han cumplido. A mí me pasa lo mismo.

Supongo que, sin saberlo, tanto ellos como nosotros hemos intentado hacer las cosas con seny.

Con suerte, un día saldremos en los periódicos.

www.leopoldoabadia.com

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Opiniones de los lectores (43)

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43. usuario registrado Superior30/10/2008, 16:58 h.

Para conocer lo que se está “cociendo” en el mundo se tiene que alcanzar un plano social que va más allá de las valoraciones existentes en Internet o en los medios de comunicación; un plano más esotérico. P. Ej en la Masonería, al cual pertenecieron íntegramente mis tatarabuelos y por lo cual yo ocupo actualmente posiciones de Poder.
Es demasiado evidente que los locos copan la prensa y opinan a través de Internet.
El principal problema de España es que se opina mucho y se hace poco. Falta productividad. ¿Y usted Sr Leopoldo? ¿No es verdad que ha ganado en prestigio a medida que opinaba más y hacía menos?
Menos mal que al menos, usted, como reflejo del actual espíritu de la época, acabará opinando en periódicos –papel- de tirada nacional.
Pero las inyecciones de liquidez –el inyectar más papel al mercado- no soluciona nada cuando hay una clara incapacidad física -vejez- del sistema para aportar más recursos materiales al mercado a un precio competitivo.
Un cordial saludo

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42. usuario registrado alfio28/10/2008, 20:58 h.

HEMOAL: Un saludo desde los madriles.

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41. usuario registrado ANA NIZA28/10/2008, 20:29 h.

Estupendo D. Leopoldo.
Da gusto leer lo suyo y mas en un periodico como este.

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40. usuario registrado HEMOAL28/10/2008, 19:54 h.

Don Leopoldo,

Desde Bucarest solo una palabra;

GRACIAS

Afectuosamente

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39. usuario registrado Rastror28/10/2008, 18:54 h.

Don Leopoldo, ahora sí que le doy la bienvenida a El Confidencial. Ya tiene usted un forero cabreado con usted.

Y más le digo, que quién no quiera sacar las conclusiones de sus columnas, que no exprima los que usted nos da, su experiencia, su vida; es un descerebrado.

Podremos estar de acuerdo o no, pero su visión de las cosas, la sencillez en las explicaciones, son muy refrescantes. Y esto nos viene de un chaval de 70 años! Gracias.

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Lo siento, soy un egoísta

@Leopoldo Abadía - 21/10/2008

Hoy voy a hablar de mí. Ya sé que no está bien, pero resulta que mi mujer y yo celebramos el sábado pasado nuestras Bodas de Oro de matrimonio, y he pensado que, si hablo de mí una vez cada 50 años, no os molestaré demasiado. Mi primera sorpresa ha sido darme cuenta de que, antes, las Bodas de Oro sólo las celebraban los viejos. No sé qué ha pasado, pero ahora las celebramos hasta nosotros. Cosas de los tiempos. La ceremonia ha sido muy bonita. El sacerdote ha estado espléndido y, al bendecir otra vez las alianzas, yo he notado que me volvía a casar con aquella chica tan maja. La comida, después, fenomenal. Verse rodeado de 12 hijos, 36 nietos y muchos, muchos amigos, te llena el alma. Luego, vídeos, canciones, fotos… Y mi mujer y yo conseguimos encontrar la mueca de medio sonrisa medio no sonrisa, con la que evitamos llorar abiertamente, con gimoteo. Al acabar la comida, uno de aquellos amigos,...

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¡Todo son buenas noticias!

@Leopoldo Abadía - 14/10/2008

Este hombre me desconcierta. Como es natural, me refiero a mi vecino de San Quirico. Digo que me desconcierta porque nunca adivino en qué plan viene. Y esta semana, con todos los líos de la Bolsa, de los planes de rescate y demás, pensaba que el desayuno sería un funeral. Pues no. Ha venido sonriente y me ha dicho: “¡Qué contento estoy!” Y yo me he callado, porque creo que callarse es una medida de prudencia, cuando no sabes por dónde vienen los tiros. Mi amigo venía contento porque había hablado con otro amigo suyo. Y ese amigo hablaba de Albert, uno de sus hijos, definiéndolo como “el que siempre da buenas noticias”. Y mi amigo decía: “¡Qué definición más buena¡ ¡Ya me gustaría que dijesen eso de mí!” Y aprovechando que ya nos habían traído la botella de vino esa de la que decidimos no volver a hablar para no escandalizar, se enfrascó en una disquisición sobre lo de la botella medio llena y la botella medio vacía. Y me habló de su...

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...Y el obispo dijo: ¡A consumir!

@Leopoldo Abadía - 07/10/2008

Mi vecino de San Quirico es una buena persona. A veces, se pierde en la maraña de frases que se oyen por ahí. Cuando se habla de restricción del consumo, de Activos ilíquidos, de crisis ninja, del Euribor, me mira con cara displicente y dice: “A esta gente no hay quien le entienda”. El otro día me empezó a hablar del Presidente Zapatero. Yo creo que no le cae ni bien ni mal. A lo sumo, le da un poco de pena, porque alguna vez le he oído decir: “Este pobre chico…” Pero como ahí se para, no sé qué es lo que está pensando. Me decía que le había dejado preocupado la frase con la que el Presidente se despidió de los asistentes al acabar el Congreso de su Partido. La frase fue algo así como “¡a consumir!” A mí me extrañó que mi amigo me hablase ahora de esto, porque el Congreso fue hace unos meses. Pero le vi tan decidido, que le aguanté el rollo. Otras veces me lo aguanta él a mí. Me dijo que no...

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Pep y Pepe

@Leopoldo Abadía - 30/09/2008

Mi mujer y yo vamos a cenar a un restaurante, el mismo de todos los sábados. Está a unos 20 Km. de San Quirico. Es un lugar agradable y acogedor. Somos muy amigos del dueño y de los camareros. La cena del sábado siempre es algo especial. Estamos tranquilos, podemos hablar de nuestras cosas con paz. El lunes se ve como algo lejano. Si no fuera una cursilada, diría que parece que el tiempo se ha detenido. Mi mujer suele decir que el Cielo debe ser una sucesión eterna de sábados por la noche. Viene Pep, el dueño, a saludarnos. Nos avisa que cerrarán durante un mes, porque van a cambiar la cocina. Nos cuenta cómo será la nueva. Le brillan los ojos. Se la hacen a medida de lo que el restaurante necesita. Tendrá no sé cuántos fuegos, un horno espléndido, conducciones de electricidad, agua, gas... En fin, una maravilla. Le va a costar un pastón. Dice: “No tengo ese dinero, pero me lo presta la Caja de Ahorros de San Quirico”....

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¡Qué niño más mono!

@Leopoldo Abadía - 23/09/2008

Mi amigo de San Quirico entra en el bar con cara de pocos amigos. Dice “buenos días” por decir algo y me suelta: “Pero ¿tú eres tonto o qué te pasa? ¡Tan Ingeniero y tan no sé qué y no ves más allá de tus narices!” Lleva un papel en la mano y me lo enseña. Lo reconozco. Es el Anexo 3 de mi Diccionario, que titulé “Distracciones”, porque pensé que en momentos de crisis, no hay que distraerse. Allí apunté cosas que están pasando ahora y que me parecía que no eran más que intentos de distraernos de lo fundamental: los problemas económicos. Mi amigo me dice: “¡Lee! ¡Lee en voz alta!” Obedezco y leo en voz un poco alta, para que me oiga él, pero procurando que no me oigan los de la mesa de al lado, que también son de San Quirico y amigos míos y ante los que tengo un cierto prestigio. Y leo: SIMIOS. Se está discutiendo algo así como un anteproyecto de Ley para regular...

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Acerca de...

@Leopoldo Abadía

Leopoldo Abadía es un chaval de 75 años, 12 hijos y 36 nietos, ex profesor del IESE y presidente del Grupo Sonnenfeld, que asegura no saber nada de economía pero que ha puesto en claro la mejor explicación en castellano sobre la crisis subprime.
A partir de ahí, para su sorpresa, miles de personas de todo el mundo consultan diariamente su blog. Desde su atalaya de San Quirico, aporta una voz independiente sobre la complicada realidad económica y social actual. Sin más pretensiones.