España se sitúa a la cola de la competitividad en Europa, según un informe del BCE

Jueves, 25 de septiembre de 2008 (Actualizado a las 20:18)

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España se sitúa a la cola de la competitividad en Europa, según un informe del BCE

España, competitividad, Unión Europea, BCE

Ep - 25/09/2008 20:27h

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España aparece como el segundo país menos competitivo de la eurozona, sólo por delante de Portugal, de acuerdo con los datos de un informe elaborado por el Banco Central Europeo (BCE) en el que se hace hincapié en el desfavorable entorno institucional y las relativas desventajas tecnológicas.

El análisis del BCE muestra la posición competitiva de las economías de nueve países de la zona euro (Alemania, Finlandia, Austria, Bélgica, Francia, Holanda, Italia, España y Portugal), así como en Reino Unido, Suecia y Dinamarca.

En concreto, el informe establece una clasificación denominada 'Competitividad general', que refleja el actual nivel de acceso a los mercados internacionales, y un segundo ranking llamado 'Competitividad productiva', que depende únicamente de la capacidad de producir a bajo coste y de factores institucionales.

En ambas clasificaciones España aparece en penúltimo lugar, sólamente por delante de Portugal, mientras que Italia y Reino Unido se intercambian la novena y la décima posición en los listados.

Al mismo tiempo que no existe duda de que la globalización ha ofrecido oportunidades sin precedentes y beneficios, tanto para los países desarrollados como para las economías emergentes, también hay crecientes preocupaciones en los países industrializados respecto a su capacidad para competir en los mercados globales al mismo tiempo que mantienen unos relativamente elevados estándares de vida, apunta el documento.

"Algunos países como Alemania, Francia y Finlandia han experimentado pequeñas pérdidas en competitividad de precios, mientras que Italia, España y Grecia registraron un notable descenso en sus precios relativos de exportación", señala el BCE.

En este sentido, el informe muestra que, hasta 2007, ninguno de los países que adoptaron el euro en 1999 logró incrementar su competitividad y señala a España, con una pérdida de competitividad del 14,3%, y a Irlanda, que retrocedió un 23,1%, como los países con mayores descensos.

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