¿Rally colateral? Wall Street, listo para recibir la mayor inyección de dinero público desde el 11-S de 2001
Hace siete años el mundo cambió. Indiscutiblemente, los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en EEUU provocaron un vuelco en el modo de entenderlo todo y dieron lugar a la llamada lucha contra el terrorismo, así como a dos guerras en Afganistán (2002) e Irak (2003). El 11-S también supuso un vuelco económico sin precedentes. Tras él se diseñó el mayor plan de choque (económico) y de acción desde la Gran Depresión de los años 30. Hoy
está a punto de ver la luz otro de similar envergadura.
Entonces, como hoy, nadie entiende nada y todo el mundo se siente amenazado. En 2001, el Gobierno de
George W. Bush presentó ante el Congreso estadounidense una hora de ruta para "proteger América", en terminología similar a que está utilizando 84 meses después el secretario del Tesoro,
Henry Paulson.
(Inciso: no conviene olvidar que el guardián del dinero público proviene, precisamente, de Wall Street y que hasta marzo de 2006 dirigía el banco de inversión Goldman Sachs. Su experiencia sobre China -su economía, sus costumbres...- fue la tarjeta de presentación que utilizó Bush en la presentacion del sucesor de John Snow.)En
septiembre de 2001, el Congreso de los Estados Unidos aprobó una inversión en la industria militar (Boeing, Northrop Grumman, General Dynamics, Raytheon...) de 500.000 millones de dólares, inyección en vena de los fabricantes de aviones, tanques, munición... La economía caminaba hasta entonces por la senda de la recesión, con reestructuraciones, desempleo galopante y debilidad manifiesta. Pero el plan de inversión pública, en combinación con acciones monetarias agresivas, disparó el crecimiento del PIB en el último cuarto de 2001 por encima del 6% frente a la recesión de los seis meses precedentes.
En
septiembre de 2008, la misma cámara de políticos va a aprobar un plan de inversión de
700.000 millones de dólares que irá directamente a Wall Street, al bolsillo de los bancos, con el fin de asumir los activos tóxicos de deuda generados por la crisis subprime. La situación, como en 2001, también es excepcional puesto que se ha llevado por delante símbolos del poder de EEUU como sus brókers centenarios (
Bear Stearns,
Lehman Brothers, Merrill Lynch), su mayor compañía de seguros (
AIG) o las agencias hipotecarias
Fannie Mae y Freddie Mac.
Las
bolsas todavía no han reaccionado al plan. Extirpar del balance de las entidades financieras el problema -creando un fondo basura para la deuda subprime- aliviará las preocupaciones y devolverá a algunas instituciones -sólo a algunas- a su estado previo a la crisis. Si en 2001, el
rally bursátil que se dibujó entre finales de septiembre y principios de diciembre superó el 30% en algunos de los principales índices -caso, por ejemplo, del
Ibex 35-, en 2008, el mercado puede asistir a un comportamiento similar a corto plazo gracias a un nuevo 'rescate' público. En el medio plazo, los indicadores económicos -en claro, deterioro- volverán a jugar un papel principal y en el primer mercado bajista desde el periodo 2000-2003, cuando las bolsas perdieron prácticamente la mitad de su valor. Esta vez, sólo desde enero se ha esfumado un tercio de la capitalización bursátil.
El
principio y el fin de la era Bush como cuadragésimo tercer (43º) presidente de EEUU van a reflejarse mutuamente con el traspaso de cientos de miles de millones de dólares de manos públicas -cuyos procedencia principal son impuestos y taras a personas y empresas- a bolsillos privados. La justicicación vuelve a ser la misma. Proteger a los americanos. 2001 y 2008 pasarán a la historia por dos amenazas distintas que amenazaron con destruir el país. Hace siete años por el terrorismo; hoy por la reedición de una época histórica que los estadounidenses conocen de memoria sin haberlo tenido que leer en los libros: el
crash de 1929 -que comenzó años antes en la burbuja de crédito de los felices años 20- y la Gran Depresión. Una vez más, Wall Street vuelve a estar listo, es listo, para acoger otra lluvia de fondos públicos como en otras ocasiones.