Henry Paulson, secretario del Tesoro de EEUU
El día que Wall Street dio la espalda a uno de los suyos
Lehman Brothers, quiebra, bancarrota, Bush, economía, mercados financieros
@María Igartua. - 16/09/2008 06:00h
O los rescatadores han llegado tarde o no tenían voluntad de llegar. El caso es que el mundo amanecía ayer con la quiebra del cuarto banco de inversiones de Estados Unidos. La debacle de Lehman Brothers ha sido como la famosa novela de Gabriel García Márquez, “Crónica de una muerte anunciada”: aunque se sabía que esto podía ocurrir, no se hizo nada por evitarlo hasta que fue demasiado tarde.
Por demasiado tarde se entiende la reunión de urgencia que el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Henry Paulson y el de la Fed de Nueva York, Timothy Geithner (uno de los doce miembros de la Reserva Federal) han mantenido este fin de semana con los máximos mandatarios de los principales bancos de Wall Street para intentar salvar la situación.
Tres días para convencer a Jaimie Dimon (JP Morgan), Lloyd Blankfein (Goldman Sachs), Robert Wolf (UBS), John Mack (Morgan Stanley), Vikram Pandit (Citi), Robert Kelly (Bank of New York Mellon) y Brady Dougan (Credit Suisse) de crear un fondo de unos 50 mil millones de dólares que sirva para ayudar a las firmas financieras pilladas a salir del apuro, según publicó Bloomberg en su edición del pasado domingo.
Parece ser que después de salvar a Bear Stearns del colapso el pasado mes de marzo y a las aseguradoras Fannie Mae y Freddie Mac, la administración Bush prefería que fuera esta vez el capital privado el que acudiera al rescate de Lehman Brothers. Pero le ha salido el tiro por la culata: ninguno estaba dispuesto a nadar altruistamente en el barro. Ayer se cumplían los peores augurios, aquellos que llevaron al ex economista del FMI, Kenneth Rogoff a vaticinar el pasado 19 de agosto en una conferencia en Singapur la quiebra de uno de los grandes bancos del país, como así ha sido.
El sábado, los dos posibles compradores de la entidad norteamericana, Bank of America y Barclays abandonaban las negociaciones y con ello firmaban la sentencia de muerte del banco de inversión tras 158 años de historia. Ni las presiones ejercidas por parte de la Fed y de la administración para alcanzar un acuerdo surtieron efecto. A media tarde Barclays tiraba la toalla y Bank of America se decantaba por Merrill Lynch ante la falta de garantías financieras por parte del Gobierno. Al menos la entidad presidida por John Thain puede respirar tranquila de momento gracias a los 44.000 millones de dólares que Bank of America ha desembolsado para ello.
La onda expansiva
“La bancarrota de Lehman, si realmente se produce, va a arrastrar a otros tantos sectores a la crisis”, aseguraba en Bloomberg Richard Bove, analista de Ladenburg Thalmann & Co, “sería como apretar el gatillo de numerosos problemas de pago alrededor de todo el globo; el sistema bancario capitularía”, explicaba. Pues bien, el tiempo dirá si los peores pronósticos se cumplen pero de momento la reacción inmediata ha sido el desplome financiero en todos los mercados.
Primero en Europa, donde por ejemplo Barclays se desplomaba casi un 10% al igual que Société Générale, UBS un 14%, Credit Suisse cerca de un 6%, RBS un 12%, y BBVA y Santander un 6,8%. El pánico ha corrido entre los inversores como la pólvora y todos esperan a conocer ahora la exposición de estos en Lehman. De hecho, la entidad que preside Emilio Botín ha querido evitar especulaciones asegurando que su exposición crediticia en el banco de inversión es tan sólo de 11 millones de euros, mientras que BBVA afirma que la quiebra de la cuarta entidad de EEUU no tendrá “impacto alguno” en sus cuentas.
Fuera como fuese, lo cierto es que “el mundo que conocíamos ya no existe”, aseguraban fuentes del sector a Cotizalia.com. El tsunami provocado por Lehman Brothers podría haber puesto la puntilla definitiva al mercado financiero, ya de por si tocado. “Muchas veces hace falta que se pare definitivamente el motor para conseguir que la cosa vuelva a funcionar como es debido”, explicaban esas mismas fuentes.
Wall Street, por su parte, no podía reaccionar de manera distinta a como lo ha hecho. El Dow Jones se desplomó anoche un 4,42%, mientras que el Standard & Poor´s cayó un 4,71%. Pero lo más grave del asunto es que, lejos de pensar que ya se ha tocado fondo, los inversores hacen sus apuestas por saber quién será el próximo en caer y, de momento, el gigante asegurador American International Group se encuentra entre los favoritos.
AIG corre a la desesperada para conseguir liquidez como sea. Sus acciones se desplomaron este lunes un 60,7% tras conocerse que la compañía anda a la búsqueda del apoyo de la Fed –un préstamo de 40.000 millones de dólares- y ante un posible rescate por parte del millonario Warrent Buffet. Dos informaciones que en un día como el de ayer se convirtieron en una bomba de relojería para sus acciones.
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Opiniones de los lectores (1)
1. Antonio7716/09/2008, 08:26 h.
Pero es justo que a unos inversores se les salve y a otros no. Estando esos mismos bancos en el mismo pais.
No estamos ante un trato discrimitatorio.
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