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Esta semana hemos asistido al espectáculo del Presidente del Gobierno hablando de crisis, de economía y de medidas, palabras que probablemente sigue desconociendo. Mientras que pronunciaba su intervención, su preclaro ministro de economía (que más bien podría ser su chófer) disfrutaba de una placentera siesta (estaba grogui, como diría un castizo).

Las medidas anunciadas para el sector, creación de Reits (Real Estate Investment Trusts, o Sociedades Cotizadas de Inversión como se las ha denominado en español) y el apoyo financiero del ICO para sacar adelante el stock de viviendas promovidas en España (y no a las empresas, que nadie se engañe), son medidas que llegan tarde, no son creativas y emanan ese tufillo habitual propio de aquél que no sabe de qué está hablando. Una prueba más de ese forjado estilo de capaz de combinar conceptos que no se dominan, veredictos demagógicos y tendencia desmesurada a la falta de concreción.

Cierto, la mayoría de los españoles no saben lo que son los Reits, algo de cuya implantación en España se venía hablando desde hace mucho tiempo y que podían haber contribuido, incluso, a suavizar la debacle de las inmobiliarias cotizadas. Con ellas se pretende que contribuyan a dinamizar el sector del alquiler residencial. No es la primera que que un gobierno socialista potencia una figura de inversión colectiva con este fin. En la anterior etapa socialista se crearon los Fondos de Inversión Inmobiliaria (FII) con esta intención además de la de “socializar” la inversión inmobiliaria para que pequeños inversores no tuvieran la barrera de entrada del desembolso de grandes cantidades iniciales para invertir en este mercado.

Desde luego el primer fin no se consiguió. La proporción entre parque de viviendas en alquiler (20%) y propiedad (80%) en nuestro país sigue siendo el mismo. Y, al final, tuvieron que ser sometidos a revisiones normativas, especialmente en lo referente a composición de activos y fiscalidad qu les alejaron de su concepción original. Consulten las hemerotecas (para eso están, como dice Jiménez Losantos). Aquel intento muestra que es imprescindible acotar la figura de los Reits en España, y tener bien claro con carácter previo los criterios de diseño. Hay grandes expertos en la materia, con experiencia global, a los que se debería escuchar.

Respecto al ICO, más de lo mismo. Oxígeno para el sector residencial (que se quita a otros ya que como ya han dejado claro desde el organismo sus recursos son “limitados”).

Lo que hemos echado de menos ha sido una posición beligerante de las voces de este mercado. Sabemos que a Asprima le pilló a contrapié la rapidez de la crisis y la creación del G-14 (que al final va a terminar pareciéndose a un club de ricos empobrecidos). El sector debería hacerse oir y ser escuchado con más fuerza para que éstas y otras medidas sean efectivas. Y si no veamos el ejemplo de entendimiento que ha habido ya en la Comunidad de Madrid.

Pero no sólo el barbudo (ministro) estaba grogui esta semana. Se aceleran las negociaciones. El mercado no residencial se va a contagiar mucho antes de lo que pensábamos del adverso contexto general. Los fondos han comprobado que las posiciones de venta de propietarios de producto en inversión no son lo suficientemente defensivas para hacer las carteras atractivas y empiezan los contactos directamente con los bancos acreedores para comprar directamente la deuda. GE Real Estate ya ha anunciado su intencion de hacerlo así como centro de su estrategia inmobiliaria en todo el mundo (ya han cerrado operaciones en Inglaterra y Alemania).

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@A.M.Bajo

A.M. Bajo es un experto en el sector inmobiliario que escribe con su particular Ojo Clínico acerca de la realidad que afecta a su mercado. Esta columna pretende ser un punto de encuentro de todos aquellos interesados en anticipar tendencias, compartir diagnósticos o analizar cuestiones específicas del ámbito residencial, patrimonial o terciario.

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