publicidad
publicidad
www.elconfidencial.com www.vanitatis.com
Logo de Cotizalia
Viernes, 17 de octubre de 2008 (Actualizado a las 11:51)
Expo Zaragoza 2008
PORTADA    Noticias     Vivienda    Análisis    Fondos    Blogs     Cotizaciones       ValorFondoNoticia  

La economía de la felicidad

Paradoja de Easterlin Richard Layard Manuel Conthe felicidad paradoja del bronce

@Ignacio de la Torre* - 10/09/2008

Deja tu comentario (8)

Valorado (5/5)Valorado (5/5)Valorado (5/5)Valorado (5/5)Valorado (5/5) (5/5 | 4 votos)

enviar a un amigoimprimir

En una encuesta* realizada a unos estudiantes de Harvard se les preguntó si preferían ganar 50.000 dólares al año y los demás 25.000 o bien ganar 100.000 y los demás 250.000. La mayoría eligió la primera opción. ¿Qué verdad económica subyace en esta intrigante historia?

En los años 70 el economista neoyorkino Richard Easterlin observó que la felicidad en las naciones más ricas, una vez superado un determinado nivel de renta, no se incrementaba como consecuencia de unos mayores ingresos (“paradoja de Easterlin”). ¿Por qué? Habría que esperar. Más recientemente, se descubrió que la felicidad se corresponde con la actividad de la zona frontal izquierda del cerebro. Ahora sí. Una vez que las máquinas son capaces de medir estas actividades cerebrales, y obtener datos a partir de muestras de población segmentada por diferentes circunstancias (como la renta), los economistas se pusieron manos a la obra para analizar qué nos transmitían estos datos, generando un novedoso campo de investigación académica.  En 2008, profesores de Wharton demostraron que la renta sí que actuaba como un poderoso factor correlacionado con la felicidad, pero lo cierto es que cabría matizar este planteamiento con dos poderosos avisos:

Primero, el dinero puede emplearse en comparar, no en comprar, en cuyo caso podemos caer en un círculo de infelicidad.  Recuerden el caso del inicio. El economista inglés Richard Layard, catedrático de Leicester, escribió un apasionante libro** en el que intenta profundizar en los planteamientos de Easterlin con una curiosa proposición: una vez que el ser humano cubre unas necesidades básicas (que fija en 15.000 dólares), el dinero se emplea cada vez más para compararse con los demás. Así, las series de felicidad con las que ha trabajado Layard demuestran que bienes como un coche de lujo proporcionan una felicidad pasajera: en el momento en el que nuestro vecino adquiere un automóvil similar al nuestro la felicidad obtenida se anula.  En ese instante el ser humano intenta volver a distinguirse adquiriendo otro objeto de mayor valor.  Para lograr los recursos económicos se emplean más y más horas de trabajo, y una vez obtenido el nuevo bien se genera otra felicidad pasajera que acaba desembocando en un peligroso círculo vicioso: al trabajar más y más horas se sacrifican otras fuentes de felicidad (que exponemos más adelante), con el paradójico resultado de que la felicidad final puede resultar inferior a la que se disfrutaba al inicio de tan dramática carrera.  Tal y como el autor afirma “una de las mayores fuentes de infelicidad es la comparación con los demás”. Como el ser humano tiende a fijarse en los bienes de aquél que le supera, la insatisfacción permanente nos acarrea una frustración endémica de difícil combate. 

Segundo, un más elevado nivel de renta genera pronto una adaptación del individuo a este nivel de vida más alto, sacrificando rápidamente la mayor felicidad conseguida. De ahí que la satisfacción laboral esté más relacionada con los cambios de sueldo que con el nivel salarial ***.

¿Cuáles son los siete factores que más felicidad generan según se desprende de las regresiones que han llevado a cabo los economistas?  El dinero, la salud y la calidad del trabajo son tres, y en los tres nuestras sociedades han sabido encontrar un buen equilibrio.  Las otras cuatro restantes son más intrigantes: las relaciones familiares (esencialmente la pareja), las sociales (contribuir al bien común mediante la solidaridad), los valores personales (éticos y/o religiosos) y la libertad personal  (este factor explica que en las dictaduras comunistas la gente sea más infeliz que en democracias con un nivel de renta similar).  La escalofriante pregunta es: ¿sacrificamos estos últimos cuatro factores con el objetivo de lograr más renta para así comprar más y compararnos mejor?  Desgraciadamente puede que respondamos con una occidental afirmación. 

Quizás algo en lo más íntimo de nosotros se rebele frente a estos datos y luche por justificar nuestras decisiones.  A esa parte de nosotros les ofrezco un dato olímpico que da título al excelente libro de paradojas de Manuel Conthe****: los deportistas que ganan las medallas de bronce son más felices que los que obtienen la medalla de plata. 

El que quiera entender que entienda.

 

Is More Always Better? A Survey on Positional Concerns, Solnick y Hemenway, Journal of Economic Behavior and Organization, Volume 37, 1998

** La felicidad, lecciones de una nueva ciencia, Taurus, 2005.

*** Véase el excelente estudio de los profesores de la UCLA y del IESE, Sarin y Baucells, “Con más dinero: ¿se puede comprar más felicidad?”, IESE, Febrero 2007,

**** La paradoja del bronce, Crítica, 2007.  Esta paradoja fue enunciada por primera vez por Victoria Medvev.

 

*Ignacio de la Torre, director académico de los masters de finanzas del IE Business School

Valorado (5/5)Valorado (5/5)Valorado (5/5)Valorado (5/5)Valorado (5/5) (5/5 | 4 votos)

enviar a un amigoimprimir

Enlaces patrocinados

Opiniones de los lectores (8)

Deja tu comentario

8. usuario registrado greanoco1, 17/10/2008, 11:47 h.

Estimado José M.

Creo que hay un tema de fondo que no te ha llegado del todo. La premisa de este enfoque sobre la felicidad es que para ser feliz hace falta poco (15.000 USD), pero que la tendencia humana es a querer ampliar esta felicidad mediante incrementos de renta que finalmente redundan poco o incluso negativamente sobre el nivel de felicidad alcanzado.

He leído el libro de Layard y te lo recomiendo, ya que explica ciertos comportamientos ilógicos del comportamiento económico y social humano.

Apasionante.

Saludos.

  marcar ofensivo Marcar como ofensivo

7. José M.1, 12/09/2008, 11:21 h.

Creo que el artículo olvida algo fundamental que es definir "felicidad", ¿es alegría pasajera o equilibrio emocional que no depende de las circunstancias externas? Es una visión puramente materialista de la felicidad, basada más en la diferencia entre lo que queremos lograr y lo que realmente logramos, que se fija más en los aspectos externos de un ser humano (ya sean materiales o de relación con otros seres) que en la actitud y la forma de percibir la realidad. Si esto es lo que enseña a sus alumnos,señor de la Torre, no es de extrañar que la sociedad siga gravitando en torno al egoísmo y la idolatría después de tantos siglos de fracaso. La felicidad, por fortuna, no la enseñan en ninguna escuela, ni hay que pagar para conseguirla, es un don gratuito de amor.

  marcar ofensivo Marcar como ofensivo

6. zimmy1, 12/09/2008, 10:45 h.

Muchas gracias por el articulo, desde ahora mismo estoy esperando uno nuevo de Ud. De nuevo gracias

  marcar ofensivo Marcar como ofensivo

5. usuario registrado Luisaalv1, 10/09/2008, 16:48 h.

No comprenderé nunca por qué la mayoría prefería la primera opción, pero seguro que es rigurosamente cierta. Tengo la prueba. Hace años propuse a unos amigos un pequeño negocio que podía ser muy jugoso a largo plazo. Yo lo hacía todo: trabajo, dedicación absoluta, disponibilidad... Ellos sólo tenían que dejarme libertad de acción y poner una pequeña cantidad (equivalente a unos 600€ actuales) como socios capitalistas. A cambio, en cuanto llegaran los beneficios sólo tendrían que poner la mano y cobrar. Eso sí, puesto que todo el trabajo provenía de mí, insistí en que mi parte sería EL TRIPLE que la suya. ¿Y adivinan qué? ¡NO ACEPTÓ NINGUNO! Ninguno quería ganar menos que yo aunque, repito, yo hiciese todo el trabajo. El final de la historia es que apareció otra persona y se aprovechó de la oportunidad que hubiera podido ser nuestra. Ahora el tío vive estupendamente, mientras los demás reniegan de no haber aprovechado la ocasión. PERO ME SIGUEN CULPANDO, PORQUE DICEN QUE LA CULPA FUE MIA POR QUERER GANAR EL TRIPLE. Manda ******s.

  marcar ofensivo Marcar como ofensivo

4. usuario registrado kaskarra1, 10/09/2008, 14:49 h.

Estoy de acuerdo con GLGL. A mí la opción de ganar yo 50 y todo el resto 25 me parece preferible a ganar yo 100 y los demás 250. En el primer caso yo tengo el doble de poder adquisitivo, y puedo comprar bienes que los otros no se pueden permitir. En el segundo, la situación es inversa. ¿O es que he entendido mal la cuestión?

  marcar ofensivo Marcar como ofensivo

El equipo de redacción revisará las opiniones para evitar la difusión de comentarios no apropiados o insultos. El horario del foro es de 07:00 a 23:00 h, con horario restringido a los invitados de 10:00 a 19:00 h. Fuera de ese horario no se incluirán opiniones.

Ver más comentarios    Deja tu comentario

Tendencias de Inversión

@Ignacio de la Torre - 23/07/2008

La muerte de la teoría de la fregona o cómo debieran actuar los bancos centrales ante burbujas inmobiliarias.

@Ignacio de la Torre - 09/07/2008

Ver más»

Acerca de...

@Ignacio de la Torre*

El Observatorio del IE es un blog desarrollado por Ignacio de la Torre, director académico de los masters en finanzas del IE Business School, profesor de contabilidad creativa en dicha institución y durante 10 años analista y vendedor de bolsa en UBS y en Deutsche Bank. El blog pretende plantear disyuntivas sobre la actualidad del mundo financiero y económico y proponer líneas de actuación. El IE Business School está reconocida por el ranking del Financial Times (MBA, 28 de Enero de 2008) como octava mejor escuela del mundo, y primera de España. El IE tiene una fuerte vocación por la formación financiera de primer nivel, que incluye un executive master en dirección financiera (exmdf.ie.edu desde 1977), un master in finance para recién licenciados (mif.ie.edu) y un master in advanced finance (miaf.ie.edu) para profesionales con experiencia.

Otros artículos de opinión

FUERA DE COBERTURA

La otra cara de la crisis: el seguro  Francisco J. Fernández Armela*

FONDO DE FONDOS

La burbuja del pánico  Paula Mercado

 

los más leidos los más leidos los más comentados los más enviados

Todos los derechos reservados © Prohibida la reproducción total o parcial

Auditado por Ojd

ir a El Confidencial

Cotizalia

ir a Vanitatis