Muchos de los recientes movimientos que tienen lugar en las cajas de ahorros andaluzas, en estos momentos de turbulencias financieras y devaluación del ladrillo, toman sentido si se enmarcan en un viejo sueño del eterno presidente de la Junta, Manuel Chaves, para muchos una especie de virrey de Andalucía, de fusionar todas las entidades andaluzas en una sola. La legislatura que ahora acaba nos ha dejado señales inequívocas que apuntan en esta dirección. Y dependiendo del resultado que arrojen las urnas el 9-M, también al sur de Despeñaperros, las actuaciones en este sentido se van a intensificar. La crisis en la que nos encontramos es una excusa inmejorable. ¿Por qué tanto empeño?

Tanto empeño tiene su origen, precisamente, en la deuda de la Junta de Andalucía, que superó en 2007 los mil millones de euros. Según el Banco de España, ninguna caja de ahorros podrá contraer riesgos por más del 25% de sus recursos propios con un solo sujeto o grupo económico ajeno. Los recursos propios de las 5 cajas andaluzas (Unicaja, Cajasol, Cajasur, Caja Granada y Caja Jaén) sumados ascienden a cerca de 8.000 millones de euros. Su 25% supone 1.900 millones. Todo un pastel para la Junta de Andalucía. Amén del uso instrumental de la obra social, una fuente de riqueza a coste cero.

La entidad malagueña que preside Braulio Medel desde hace 18 años lleva en su nombre implícita la aspiración de una caja única. Unicaja, y con ella su presidente, está llamada a liderar la caja de cajas, que sería una entidad nueva, con lo que el contador del plazo de su virtual presidencia quedaría a cero.

Chaves y 'Maleni' se topan con el cura Castillejo

La idea surgió allá por los años 90 y comienza a tomar cuerpo a partir de la aprobación de la Ley de cajas de Ahorro de Andalucía en 1999, que suponía un paso de gigante para el proyecto de fusión. Pero la Junta de Chaves, Zarrías y Magdalena Maleni Álvarez se toparon con la Iglesia, hecha carne en la figura del cura Castillejo, el Marzinkus particular de Cajasur, que se opuso frontalmente al proyecto. El resultado fue que Chaves y mi Maleni tuvieron que comerse su glorioso proyecto. Pero no del todo...

Así Andalucía entra en el siglo XXI con un Braulio Medel, presidente de Unicaja y de la Federación de Cajas de Ahorros Andaluzas planteando que “hay que tener tamaño para ser competitivos”. Y se inventa algo así como “un proyecto de colaboración” entre cajas que planteaba cosas como una central de compras, un único centro de desarrollo informático o una sola tesorería para abastecer a la Junta de Andalucía que aglutine a todas las cajas.

En 2002, el Ministerio de Economía de Rodrigo Rato aprobó una Ley Financiera que recorría transversalmente el ordenamiento jurídico español. El cura Castillejo se acogió a su tutela, se llevó a su Cajasur a Madrid y dio al traste con ese embrión de unidad única de actuación. De aquellas fechas data una denuncia ante la Fiscalía Anticorrupción en la que aparece por primera vez la polémica póliza del cura Castillejo.

En estas lides llegó el 14 de marzo que dio al PSOE la victoria en las pasadas generales, contra todo pronóstico. Ya en diciembre de 2004, Iglesia y Junta sellaban su pax a través de los famosos Pactos de Santa Lucía, que devolvían a Cajasur al feudo de Chaves.

Una vez salvado este escollo, ya en 2005, la obsesión de la caja única tomó impulso en forma del Banco Europeo de Finanzas, propiedad de Unicaja, que se hizo con él, ojo al dato, por un problema de pagos en el interbancario. En esta ocasión como un instrumento financiero para desarrollar actividades estratégicas como la energía o las infraestructuras. Idea que el Banco de España desinfló prohibiéndole el uso de oficinas propias y exigiéndole un plan de negocio y un plan estratégico.

¿Qué hacer con los presidentes y consejeros de cinco cajas?

A tenor de la pesada digestión de la fusión de El Monte y San Fernando en Cajasol, una caja a cinco tiene en su contra un coste social impresionante, derivado del exceso de personal, de instalaciones, o de la integración tecnológica. Pero sobre todo... ¿Qué hacer con los actuales presidentes y consejeros, con lo golosos que son los puestos? Sin contar con una figura de capa caída en el libremercado: la competencia. Una sola caja en Andalucía sería un quasi monopolio que no sería bien visto por las autoridades competentes. Fuentes cercanas a las cajas andaluzas consultadas aseguran que es factible la creación no de una, sino de dos cajas andaluzas, una oriental y otra occidental, unidas en una sola, una y trina, como la Santísima Trinidad.

En esta ofensiva chavista de la gran caja hay una entidad en Andalucía que va por libre. Cajamar, caja rural artífice del milagro de los invernaderos de Almería, resulta que ha iniciado una aventura junto con.... ¡Caja Rural del Duero!, algo que se le escapa al Palacio de San Telmo.

En esta legislatura que acaba, al menos se ha conseguido un gran paso, que es hacer volver al redil a la díscola Cajasur. Tras el 9-M, si todo sale según lo previsto, Manuel Chaves ya ha reiterado que Andalucía necesita una “gran caja” de ahorros que “ayude al sector inmobiliario y que apueste por otros sectores emergentes”. Así, se ha mostrado esperanzado de que la próxima legislatura permita dar “pasos decisivos” para cumplir a corto o medio plazo el objetivo de contar con una gran caja de ahorros en Andalucía. A mediados de febrero, en unos Desayunos de El Correo de Andalucía, Chaves subrayó que “en estos momentos se están produciendo conversaciones entre los presidentes de cara a la creación de la gran caja, que a su juicio debe ser un objetivo al margen de la coyuntura económica”. De esta forma, Chaves destacó que sería "bueno" que se consolide la fusión que se ha producido entre Caja San Fernando y El Monte, algo que “no debe bloquear ni frenar'” el proceso de creación de una gran caja. En este punto, el presidente de la Junta se mostró convencido de que Andalucía contará con una “gran caja”, pero no con una caja única, ya que “siempre habrá entidades que se queden fuera de la operación”, en alusión a Cajasur.

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