Los directivos 'más tontos' del año

Lunes, 25 de febrero de 2008 (Actualizado a las 19:43)

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Los directivos 'más tontos' del año
Charles Prince, ex director general de Citigroup

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Los directivos 'más tontos' del año

Personajes, ranking, anuario 2007, Citigroup, Merrill Lynch, Bear Stearns

@María Igartua - 24/12/2007

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Entrar en un ranking puede parecer el sueño de casi todo el mundo. Las diez mujeres más atractivas, los diez hombres más guapos, las 20 empresarias más influyentes, los 100 más poderosos… Sin embargo hay listas a las que mejor ni acercase, al menos eso han debido pensar los siete directivos ‘más tontos’ del año, según la revista Fortune.

A la cabeza de todos ellos y a varios cuerpos de distancia, se encuentra Chris Albrecht, presidente y CEO de HBO, aunque en su caso la categoría de ‘jefe tonto’ es discutible y debería incluirse en otro tipo de listas a la luz de los hechos. El máximo responsable de la cadena de televisión golpeó, presuntamente, a su novia en un aparcamiento de las Vegas en estado de embriaguez. Por supuesto, la dirección de Time Warner lo cesó inmediatamente.

En el puesto número dos se encuentra un clásico: el ejecutivo que aprovecha el anonimato que ofrecen los blogs de internet para hinchar su fama a golpe de piropo. Pero la jugada a veces sale rana y se consigue el efecto totalmente contrario. Eso es lo que le ha pasado a John Mackey, director general de la cadena de alimentos Whole Foods, que dedicaba su tiempo libre a colgar comentarios en la red del tipo “me gusta el corte de pelo de Mackey, le favorece tanto…”. Una cosa está clara, el directivo de la mayor cadena minorista de alimentos naturales no tiene abuela o, mejor dicho, no la necesita.

En el tercer peldaño del pódium, como no podía ser de otra manera, uno de los nombres que más han sonado como consecuencia de las secuelas que ha dejado el huracán subprime a su paso: Stanley O´Neal, el CEO de Merril Lynch que prefirió jugar al golf mientras la entidad que capitaneaba se enfrentaba a los peores resultados trimestrales de los últimos 93 años. En esos días, O´Neal se concentró tanto en dicho deporte que llegaba incluso a hacer tres recorridos en tres campos de golf diferentes. Su ‘swing’ le costó el puesto, aunque su retirada fue con 161,5 millones de dólares en el bolsillo.

Uno de los casos más tristes es el del cuarto personaje de la lista. Doug Parker, CEO de Airways, prefirió ahogar sus penas en alcohol tras el fracaso de la oferta -9.800 millones de dólares- que la aerolínea había lanzado para hacerse con Delta. Dos horas después de conocerse la información, Parker fue arrestado por la policía de Scottsdale por conducir ebrio.

La quinta posición la ocupa otra de las cabezas que han rodado a causa de la crisis del mercado de las hipotecas de alto riesgo, Charles Prince, director general de Citigroup, dimitió de su puesto después de que el banco anunciara pérdidas por valor de 11 mil millones de dólares.

Parece que el golf y el juego se han convertido este año en una de las vías de escape ante la realidad subprime. Otro de los damnificados por las turbulencias financieras ha sido James Cayne, presidente de Bear Stearns, que el pasado mes de julio, mientras los ejecutivos de la firma luchaban por reflotar el barco, que ya se iba a pique, intentando salvar dos fondos de cobertura de la crisis hipotecaria, se pasaba el día jugando al golf y compitiendo en un torneo de Bridge en Tennessee. Además, según publicó The Wall Street Journal, Cayne fumaba de vez en cuando marihuana al término de sus partidas.

Finalmente, el séptimo lugar del ranking, un ‘iluminado’ con un negocio que le hizo de oro. John Griffin, presidente de VaporTech, se metió en el bolsillo 750.000 dólares de un grupo de inversores que confiaron en que la compañía estaba desarrollando un producto para restaurar suelos contaminados. En realidad, el dinero invertirlo lo invirtió: en un Ferrari, entradas para la Super Bowl y anabolizantes entre otras necesidades… Su ‘limpiasuelos’ le ha costado 30 meses de prisión.

Siete hombres dedicados a distintos sectores, con casos muy diferentes y que, probablemente, jamás hubieran coincidido, han encontrado un nexo en común: sus peripecias les han colocado en lo más alto de la lista de ‘los más tontos del mundo de los negocios’ en 2007.

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