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Jueves, 20 de diciembre de 2007 (Actualizado a las 09:53)
 
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La banca vota socialismo. Llega la crisis

@S. McCoy - 12/12/2007

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Del capitalismo al socialismo media un paso. Exactamente el que supone pasar de la bonanza financiera pre estival a la crisis crediticia con la que banca ha afrontado un otoño engañosamente soleado. ¡Agrupémonos todos en el repo mensual!, cantan a coro los principales dirigentes de entidades a uno y otro lado del Atlántico. La banca abraza desesperada los principios de la hoz y el martillo mientras ve cómo los pecados de juventud de su pasado más reciente, llámense estos capital riesgo, estructuración o abuso en el empleo de derivados, se comen sus exiguas bases de capital, amenazan su solvencia futura y les ponen a los pies de los caballos de unos fondos soberanos que no tardarán en exigir contrapartidas a un rescate que no va a ser, ni mucho menos, gratuito. De la crítica al excesivo intervencionismo, que ayer frenaba la innovación y hacía perder oportunidades de negocio, a la súplica compungida de la asistencia estatal sin solución de continuidad. La banca somos todos, vocean desesperados. A quien le importan las veleidades últimas. Total, sin banca no hay mercado y sin mercado no hay actividad económica. Como en el anuncio de las mascotas, ella nunca lo haría. Snif.

La banca se hace socialista cuando llega la crisis. Es la tesis defendida por múltiples autores de la literatura financiera más reciente. Quizá quien mejor haya reflejado esta idea es, una vez más, Martin Wolf en Financial Times. Su esquema es muy primario pero extraordinariamente revelador y responde a tres considerandos principales y una conclusión final. Uno, el alto Return on Equity o ROE de los bancos, casi el triple, de media, respecto al conjunto del mercado, tiene truco: se debe a la concesión, por parte de las autoridades, de que las entidades mantengan exiguas bases de capital. Poco equity igual a mucho return a nada que las cosas vayan medianamente bien. Dos, esta concesión se produce pese a que es un negocio de altísimo riesgo como prueba la volatilidad de sus resultados y el hecho de estar en el ojo del huracán de cualquier crisis financiera. Y tres, el mercado le atribuye un coste financiero menor que a cualquier otro negocio (claro que aquí a Wolf se le escapa un matiz: el dinero es la mercancía objeto de transacción bancaria, lo que hace suponer, se puede discutir si de forma errónea, que el sector financiero es quien mejor manejo hará de él). Conclusión: tiene que haber gato encerrado, gato que sienta las bases para que el socialismo bancario cobre vida en los momentos de dificultad.

Efectivamente. Según la tesis defendida por Wolf, todas estas concesiones se derivan de un punto de partida que, a juicio de quien esto escribe, es falaz. Las administraciones públicas consideran a la banca, y su mecanismo de depósito del ahorro y sistema de pagos, como un servicio público cuyo colapso no se puede permitir. De ahí que permitan una cierta laxitud para que, en tiempos de bonanza, las entidades puedan aprovecharse de la situación. La vista gorda sobre productos off balance cuya comprensión escapa, en muchas ocasiones, a sus propios creadores, sería una clara prueba de ello. Paradójicamente, se fomenta el capitalismo más voraz con el colchón del socialismo más ingenuo. Se privatizan las ganancias y se socializan las pérdidas. Qué bonito. O en palabras de Wolf, “lo que al final queda es una industria que vive del riesgo pero que cuenta con las garantías de cualquier otro servicio público”. Sorprendente en un negocio donde, los pagos anuales excesivos a los mejores activos humanos, son clara prueba de que se premian los éxitos a corto plazo pero no se miden las consecuencias que, a medio término, sus actuaciones producen. No hace falta que, en estos días, se pongan ejemplos concretos. El socialismo bancario contribuye, eso sí, con el riñon bien forrado, a engordar las listas de paro. Ya sabes, camarada, por el bien de todos, ahí está la puerta.

El punto de partida es falaz por dos motivos complementarios entre sí. En primer lugar, porque se trataría de un argumento válido si no fuera un sector, ahora sí, globalizado y en extraordinaria competencia, donde la gestión equivocada de una entidad debería llevar a la darviniana desaparición de la misma en manos de aquellos que se han pertrechado mejor para el nuevo entorno, estructural o coyuntural. Lo contrario es alimentar lo que los americanos han bautizado como el moral hazard que superaría el ámbito de lo personal para alcanzar cotas sectoriales. Completamente demencial. Pero es que, en segundo término, la espita que se abre con este tipo de actuaciones conduce a la posibilidad de una explosión de dimensiones siderales. Cualquier otra entidad regulada pero sometida a las reglas del mercado podría argumentar una solución similar para sus crisis bajo la excusa de que presta, así mismo, un servicio público. No sé por qué se me vendrán a la cabeza ahora las eléctricas españolas y la posibilidad de plante ante el engorde sistemático del déficit tarifario. O las inmobiliarias que, desde la fría objetividad de los datos, han sido las mayores contribuidoras a la creación de empleo y riqueza en España en estos últimos años, más allá de apreciaciones subjetivas. Es un precedente de actuación peligroso que hay que manejar con mucho, mucho cuidado.

Concluye Wolf, en una frase memorable que recoge el espíritu del párrafo anterior: “o bien se trata a los bancos como un servicio público o utility de verdad, y se establece para ellos unos retornos regulados, o se contempla como una industria más que opera según las normas del mercado incluyendo, si fuera necesario, la posibilidad de quiebras masivas”. En román paladino: que cada palo aguante su vela. McCoy, piensa si lo que has de añadir es más importante que el silencio. Pues va a ser que no.

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Opiniones de los lectores (21)

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21. usuario registrado emilioMiércoles, 12/12/2007, 19:11 h.

LARA(19) Dice Ud. que algunos arriesgan "su" dinero y crean puestos de trabajo y que cuando las cosas le van mal, toda la sociedad tiene que ayudarles, porque (esto lo digo yo)son los grandes benefactores y sin ellos no podría haber vida posible económica y social. Con los presupuestos o axiomas ideológicos de los que Ud. parte, pues poco puedo decir. Según Ud. hay unos señores benfactores sociales, que les llovió el dinero del cielo para arriesgar ese maná y crear puestos de trabajo... Ahora entiendo el maridaje ideológico, cuasi religioso, que hay entre cristianismo y capitalismo en la sacrosanta civilización occidental.

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20. usuario registrado infelixMiércoles, 12/12/2007, 19:00 h.

totalmente de acuerdo con el articulo. No seamos catastrofistas, ya saldrian adelante, gararian menos pero saldrian, claro que mientras tengamos el estado que tenemos y los politicos que tenemos esperar que se estructure el sector en un sentido u otro (libre mercado o intervencionismo en todos los aspectos por su importancia social) es hablar de politica ficcion.

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19. usuario registrado laraMiércoles, 12/12/2007, 18:56 h.

Si EMILIO, el liberalismo no es tan liberal, cuando lo necesita llama a los bancos centrales para que inyecten liquidez al sistema.
¿Que quiere?, que arriesguen algunos su dinero, que creen puestos de trabajo, que permitan con sus aportaciones las prestaciones sociales.....y que cuando algunos se exceden (en España las Cajas, invento poco liberal y politizado), se coman el sapo solos.
Pues no es así la cosa. Podría haber sido de otra manera, pero no se ha inventado.

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18. OteadorMiércoles, 12/12/2007, 17:26 h.

Awa, que no te enteras, te lo repito más despacio: "Solo la honrosa excepción entre los primeros (los más ricos de España)de D.Amancio y los Pascual brothers" Los demás, a poner el cazo, y vivir del Estado, claro, luego son ellos los que ponen o quitan altos cargos

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17. usuario registrado Vicente TorresMiércoles, 12/12/2007, 17:17 h.

No me imagino lo que puede ocurrir en Estados Unidos. En España parece ser que todos los partidos deben dinero a los Bancos (quizá más a las Cajas), y todo apunta a que a veces los bancos condonan las deudas. Al menos, algunos bancos condonan algunas deudas. Otras veces, puede que alarguen los plazos o que previamente hayan concedido préstamos sin demasiadas garantías, a los partidos, por supuesto. http://xpuntodevista.blogspot.com

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@S. McCoy

Experto financiero que escribe Valor Añadido. Es un incisivo analista que despertó el interés de nuestros lectores con sus brillantes y didácticos artículos sobre empresas, sectores y tendencias del mercado.

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