publicidad
publicidad
Logo EL Confidencial
Logo de Cotizalia
Jueves, 20 de septiembre de 2007 (Actualizado a las 20:42)
 
Portada   En Exclusiva   Sectores   Análisis   Lo Último   Cotizados   Acciones   Fondos   Warrants   Foros     

EN EXCLUSIVA

Mafo almorzó el lunes con la banca antes de acudir al Parlamento para defender la salud del sistema

Miguel Ángel Fernández Ordóñez

Mafo almorzó el lunes con la banca antes de acudir al Parlamento para defender la salud del sistema

El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez (Efe).

@A. González.- - 21/09/2007

Votar esta noticia

Resultado (0 Votos)

enviar a un amigoimprimirDeja tu comentario (0)

Demasiados nervios en la banca española a cuenta de la amenaza de crisis hipotecaria. El lunes, 17 de septiembre, los consejeros delegados de la banca (grande y mediana) se reunieron en un almuerzo en la sede del Banco de España con el gobernador, Miguel Ángel Fernández Ordóñez (MAFO), el subgobernador, José Viñals y el secretario de Estado de Economía, David Vegara. También Miguel Martín, presidente de la AEB. Los banqueros expusieron la situación del sector. Ningún motivo de alarma. Al día siguiente, martes 18, MAFO alabó la salud del sistema en el Parlamento.

El Santander estuvo representado por Alfredo Sáenz y Matías Rodríguez Inciarte; el BBVA envió a José Ignacio Goirigolzarri y Juan Asúa (negocio España y Portugal), mientras que el Popular mandó a José María Lucía, consejero delegado, y a Ángel Rivera (Red). También asistieron ejecutivos de la banca mediana. Fuentes del banco emisor señalan que “el almuerzo estaba convocado con antelación. El Gobernador quiso saber qué opinaba el sector sobre la crisis subprime, cómo la veían sus protagonistas, y qué mejor ocasión que aquella, un día antes de acudir al Parlamento”.

El encuentro pone en evidencia el alto grado de preocupación existente en algunas entidades de mediano tamaño, que vienen reclamando apoyos expresos a la salud del sistema por parte de la AEB y del propio Banco de España. Todo empezó en pleno agosto, cuando la crisis hizo acto de presencia en EEUU. Miguel Martín, que fue cocinero antes que fraile, se puso en contacto con los consejeros delegados para pedirles opinión sobre la conveniencia de “hacer algo” para tranquilizar a los mercados, enfatizando la solvencia de la banca española.

De esos contactos surgió la idea de que fuera el Banco de España quien emitiera opinión en nombre de todos. Pero la Cibeles no movió ficha, lo que provocó la movilización de algunos en pro de la necesidad de despejar incógnitas ante los rumores sobre la situación del interbancario. El 11 de septiembre, los consejeros delegados de los tres grandes se reunieron en la AEB en un almuerzo con el propósito de alcanzar un acuerdo que debería plasmarse en una nota pública. No hubo unanimidad sobre los términos de la misma, por lo que la idea entró en vía muerta.

Diferencias entre Santander y BBVA

Ayer, algunos medios aludieron al enfrentamiento solapado existente entre el Santander y el BBVA como responsable de ese fracaso. Las entidades en cuestión lo niegan a pies juntillas. El rumor sazona las finanzas con unos granos de pimienta política: el Santander de Botín habría querido echar una mano a la política económica del Gobierno Zapatero, cosa a la que no habría estado dispuesto el banco que preside Francisco González.

Sea como fuere, el caso es que Miguel Martín decidió volver de nuevo los ojos al banco emisor, responsable de la salud del sistema, para que fuera él quien ensalzara la solvencia de nuestra banca, llegando a un acuerdo con Fernández Ordóñez: el gobernador se reuniría en un almuerzo con los consejeros delegados y sustanciaría el asunto solicitando una intervención ante el Parlamento. Y ese almuerzo tuvo lugar el pasado lunes de esta semana.

Ante sus señorías, Mafo aseguró que “las entidades de crédito españolas se enfrentan a este episodio de turbulencia desde una posición de fortaleza, cuyos principales pilares se asientan en unos elevados niveles de rentabilidad (...), unos confortables niveles de solvencia, claramente por encima de los mínimos requeridos por la regulación, y, en medio de ambos, una amplia cobertura de los créditos dudosos, mediante las provisiones que se han ido acumulando a lo largo de la etapa de bonanza”.

Unos párrafos después, sin embargo, el gobernador lanzó una clara advertencia sobre los riesgos en curso, al asegurar que “una prolongación excesiva del episodio actual de turbulencia podría terminar teniendo efectos indeseables sobre la confianza de los inversores, que fueran más allá de promover una deseable y saludable corrección de unas primas de riesgo y unos niveles de volatilidad anormalmente bajos, y que acabaran reduciendo sustancialmente la capacidad de los mercados financieros para ofrecer guías útiles que permitan a los inversores discriminar la verdadera calidad crediticia de los diferentes instrumentos”.

El episodio, en definitiva, deja claras algunas evidencias y no pocas preguntas. En primer lugar, que la unanimidad ha desaparecido en la banca española, al menos en la gran banca, asunto a celebrar en una economía abierta. Segundo, que la salud de los grandes está fuera de duda, cosa que tal vez no pueda afirmarse con la misma rotundidad de los medianos. Y, tercero, que hay demasiados nervios ante la amenaza de una crisis hipotecaria, unos nervios que no se explicarían a la luz de esa cacareada “posición de fortaleza”.

Votar esta noticia

Resultado (0 Votos)

enviar a un amigoimprimir

Opiniones de los lectores (0)

Deja tu comentario

 

los más leidos los más leidos los más comentados los más enviados

Todos los derechos reservados © Prohibida la reproducción total o parcial

Auditado por Ojd