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PUNTO DE VISTA

Agujeros hipotecarios en Estados Unidos y en la reputación de los grandes bancos de inversión

burbuja inmobiliaria

@Jesús García - 22/06/2007

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La crisis de las subprime en Estados Unidos empieza a provocar contaminación de calamar, con una tinta espesa que amenaza con emborronar muchos prestigios. Las hipotecas basura suponen el 14% de todo el parque del crédito a la vivienda americana y, de vez en vez, aparecen manchando todo lo que tocan como en su día los bonos basura de Milken.

Las dificultades de dos fondos inmobiliarios de Bear Stearns, con patrimonios ingentes de hasta 20.000 millones de dólares, muestran la capacidad de maniobra de estos bancos de inversión para tratar de salir ilesos de episodios crediticios turbulentos. Bear Stearns no tardó en subrayar que su mácula era casi absoluta del mismo modo que hizo Merrill Lynch, quien ofreció algunos datos más de su labor en la gestión de los fondos hedge. Poco a poco la cadena de bancos de inversión y comerciales salpicados empieza a crecer y ya se habla de la necesidad de vender activos para cubrir quebrantos.

Estos créditos hipotecarios de alto riesgo han sido colocados casi en su totalidad a hedge funds, fondos de inversión, fondos de pensiones y también grandes fortunas, así que el riesgo se ha ido aparentemente diseminando como cuando espolvoreas el agua de un vaporizador: en todas direcciones y en partículas minúsculas gracias a colocaciones mediante derivados y complicadas estructuras.

Así que estamos ante un panorama en el que los préstamos hipotecarios, como un hierro candente, se lo van pasando unos a otros en una cadena enriquecedora mientras no ocurre nada con el subyacente. Entonces llega el momento en el que explota la burbuja, que es lo que ha ocurrido, y hay que apechugar. Los bancos comerciales suelen aparecer siempre al fondo, porque son el cabo de la cadena crediticia.

En Estados Unidos, cuando los bancos de inversión colocan activos fallidos o latas de sardinas sin abrir (que cuando se abren huelen a podrido) suelen rápidamente hacer declaraciones públicas mostrando su disposición a ayudar. Saben que los ricos, los fondos de inversión y de pensiones, en el momento que se sienten engañados, denuncian con toda su artillería y el fiscal de turno actúa con prontitud.

Son múltiples los casos en los que los bancos de inversión se ven obligados a pactar suculentas indemnizaciones, aunque hace sólo unos días la corte Suprema eximió a media docena de grandes bancos por sus presuntas tropelías en las famosas OPVs del bluf de Internet.

Alan Greenspan, que ha sido en los últimos 20 años el Pepito Grillo de los mercados financieros, lanzó media docena de alertas respecto a los famosos derivados de crédito, otro negocio que ha crecido exponencialmente en los últimos años sobre todo tras la aparición en escena de los fondos golfos y sus sociedades de capital riesgo. En Europa, las grandes aseguradoras alemanas han trabajado mucho el producto. Tanto es así que el Banco Central Europeo, incluso antes de Trichet, advirtió de sus peligros en varias ocasiones.

Aparte de los riesgos inherentes que puede tener para la economía estadounidense, y de paso para el resto de sus socios comerciales, la crisis de las subprime, asistimos a otros riesgos propios de los mercados en los que se pierde la confianza, que es el aceite engrasador de la manguera de dinero de unos y otros. Estamos ante el denominado riesgo reputacional de los bancos de inversión, del que sin duda en los próximos meses se va hablar y mucho.

En España, los famosos subprime no llegan al 2% de la cartera de hipotecas de los bancos aunque si en pocos años -tal y como subrayaba el catastrofista informe de Acuña y Asociados- cierra un tercio de los promotores habrá que cuantificar la altura que alcanza la morosidad en los balances bancarios y el ahogo que provoca.

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Opiniones de los lectores (3)

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3. pisitófilos creditófagosViernes, 22/06/2007, 13:11 h.

SEAMOS SERIOS de verdad. El Informe Anual 2006 del Banco España lo deja bien claro: estamos revisando las expectativas e iniciando la corrección, pero el ritmo del ajuste es, todavía, tan lento que el endeudamiento y la de carga financiera siguen aumentando de forma importante y, correlativamente, la capacidad de ahorro, tras atender las obligaciones financieras, sigue reduciéndose. Desgraciadamente, el nuncabajismo ha sido tan eficiente en la represión de la crítica que no hay muchas voces en España capaces de proseguir con las argumentaciones bancoespañistas; y hay que acudir a "informes" como los de R. R. Acuña, que en su día fueron "legitimados" por servir al inflado de la burbuja, para dar la oportuna pincelada sobre la "RECESION 2008"; en España, los "orgánicos" nunca lo dirán.

2. guiañoViernes, 22/06/2007, 12:40 h.

El asunto es de gran importancia por que muestra parte del problema de las espiral crediticia y, sobre todo, la enorme diferencia entre la idiosincrasia de los inversores americanos y los europeos. Y sobre todo la que se nos viene encima¿ Credit crunch?

1. SEAMoS SERIOSViernes, 22/06/2007, 10:31 h.

Hay un lugar para cada cosa; en un artículo presuntamente serio como el suyo, que toca un tema que puede convertirse en grave, mencionar el informe de Acuña (que es una broma) carece de sentido y descalifica el resto del artículo. Esto por supuesto no quiere decir que no deban seguir publicando los informes de Acuña (no todo el tiempo va a estar uno tratando temas serios y tengo que reconocer que el morro que le pone al asunto el argentino me divierte).

 

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