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Jueves, 7 de junio de 2007 (Actualizado a las 13:03)
 
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PUNTO DE VISTA

La sacudida de los bonos desata temores en las bolsas por el alto apalancamiento empresarial

Alan Greenspan tipos de interés

@Jesús García - 07/06/2007

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El conumdrum de la curva de tipos de interés a largo plazo del que hablaba Alan Greenspan como uno de los grandes enigmas de los mercados en su última etapa empieza a destaparse en su modo más cruento. Cada vez que se produce una sacudida en los mercados de bonos, debido, entre otras cosas, a las dudas que existen sobre el momento económico americano y la evolución de los tipos de interés a ambos lados del Atlántico, los inversores deshacen posiciones en los sectores y las empresas más apalancadas.

Y en España son casi todas las del Ibex, que han vivido una etapa de expansión internacional vigorosa cimentada, sobre todo, en unos endeudamientos de vértigo, especialmente en el sector constructor e inmobiliario.

Hasta ahora las subidas del precio del dinero a corto plazo no se habían trasladado a los mercados de bonos y todo parecía ir sobre ruedas, aunque las cosas han empezado a torcerse y los bonos reflejan las tensiones con alzas en los tipos de interés que encarecen directamente la financiación. Acudir al mercado es más costoso y, en el caso español, más complicado para empresas de sectores como el inmobiliario, a la vista de que los extranjeros empiezan a pensar que la burbuja puede explotar.

La caída de las cotizaciones, lógica en España, tras haber alcanzado máximos históricos en el Ibex con los 15.500 puntos complica aún más si cabe las cosas, pues muchos propietarios habían pedido créditos basándose en los altos precios de sus compañías, en capitalizaciones suculentas, que se han diluido y provocan importantes quebrantos en los casos en que se habían pignorado las acciones. Penalizaciones que obligan a vender activos para hacer frente a las deudas. Astroc es un caso de libro, que se puede repetir.

Otras compañías han crecido endeudándose hasta el límite y ahora están llevando a cabo un proceso de adelgazamiento de activos lógico (es el caso de Ferrovial) si se quieren mantener ratios razonables. La expansión y la internacionalización permiten ampliar los perímetros, exponer importantes crecimientos de beneficios y ganar cuotas de mercado en negocios insospechados que posibilitan la diversificación. Y cuando los mercados responden con alzas todo va bien, pero cuando se quiebra la confianza la cosa empieza a preocupar.

En el caso inmobiliario español, los extranjeros directamente registran una espantada que amenaza al sector. La salida masiva de los fondos más especulativos puede provocar más de un susto y torcer más de un plan de negocio. Urbis, por lo pronto, ha tenido que aplazar su OPS y Realia ha rebajado drásticamente el precio de colocación. Que por cierto -tras un recorte de casi el 30%- aguantó muy bien -gracias a los cuidadores españoles- en un mercado que literalmente se hundía.

El problema de fondo es que los inversores internacionales han visto cómo los gurús de los mercados han cambiado de opinión varias veces en pocos meses sobre la marcha del precio del dinero en el mayor mercado del mundo. Además, la Reserva Federal americana no acaba de dejar claro en sus mensajes qué tiene previsto hacer, algo a lo que había malacostumbrado a la parroquia Alan Greenspan. La posibilidad de que Bernanke se pase de frenada es tan obvia como la de que a Trichet se le vaya la mano con las sucesivas subidas de intereses en una Europa multiforme. A la vista está de que los efectos de una subida de intereses no van a ser los mismos en Irlanda, España o en Alemania, donde el sector constructor empieza a tirar y el precio de la vivienda comienza su singladura alcista después de una década de penuria.

Para más inri, los mercados de bonos empiezan a moverse en direcciones poco controladas y de fondo el mercado chino, aunque no se piensa en él como una amenaza real, sucumbe a los excesos. Si la cosa fuera a peor, no sería descartable que los chinos vendieran parte de sus posiciones en bonos en Estados Unidos y Europa, lo que podría provocar nuevos temblores.

Los expertos esperan en España, en cualquier caso, que los valores menos expuestos a los tipos de interés no se vean afectados por estas andanadas de extranjeros nerviosos y al final el Ibex recupere la senda, aunque la tranquilidad no está ni mucho menos garantizada con el sector constructor diversificado, pero endeudado hasta las cejas, y con el inmobiliario, que empieza a convertirse en un ámbito que los extranjeros están abandonando a marchas forzadas y que los españoles no quieren ni tocar.

Vienen tiempos difíciles debido al endeudamiento, pero los técnicos no esperan una gran contaminación de otros sectores como el bancario. Está por ver. Por lo pronto, la bolsa ha dado otro sobresalto, en línea con los principales mercados internacionales después de que Trichet elevara los intereses a corto, alertara de nuevas subidas y con una economía americana que ofrece reflejos confusos sobre su evolución.

Hoy, el miedo al alto apalancamiento de las empresas ha sido mencionado por los operadores, gestores y otros actores de los mercados de valores. Otro aviso más cuando hace una semana las operaciones corporativas -la lluvia de OPAs que no se materializa por cierto- catapultó al Ibex hasta máximos absolutos. Quién sabe si vamos hacia la consolidación, pero de vez en cuando entramos de lleno en el camino de la amargura. Crucen los dedos.

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Opiniones de los lectores (3)

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3. ONENEURONAJueves, 07/06/2007, 12:25 h.

Los tiempos como en el baloncesto son necesario, para reorganizar al equipo, darle oxigeno, y poner a jugadores frescos que den impulso al resto de los que están justos de fuerza pero que son necesario para mantener sus estruptura. En economía el símil podría ser igual, sino fuera por la metedura de pata o llamemosle instromision continua de los gobiernos para adecentar sus cuestiones políticas y seguir mangoneando la economía de todos. Y el único ejemplo que pongo es, si estamos globalizados, por que el único elemento que siempre utilizan los grandes bancos mundiales, son los intereses para regular los mercados.,,,,,¿que timo señores expertos.....hay mas medidas económicas que se podrían tomar si no fueran por los dirigentes politicos que son manejados como marionetas por los BANCOS?

2. alfreditoJueves, 07/06/2007, 11:27 h.

De igual forma que el hombre es esclavo de sus palabras, tambien lo es de sus decisiones.En españa el efecto contagio funciona estupendamente y este ha sido el acelerante del comportamiento de las personas y de las compañias. La politica monetaria tiene su función dentro de la sociedad y va dando información a quien la sepa utilizar. La combinación de estas dos circunstancias en nuestro pais ha traido como consecuencia la mayor ponderación de la primera,un 99%,y la minima aportación de la segunda. El resultado, un pais euforico, con bolsa por las nubes, compañias y familias endeudados y como unica solución mirar al cielo. por otro lado el pib va marchando con decreciente productividad y creciente deficit comercial. Ahora suben los tipos y nos viene de maravilla culparles de nuestros fallos

1. gandalfitoJueves, 07/06/2007, 07:36 h.

"La posibilidad de que Bernanke se pase de frenada es tan obvia como la de que a Trichet se le vaya la mano con las sucesivas subidas de intereses en una Europa multiforme."

A lo mejor si los Gobiernos no se empeñaran en intervenir en estas cosas, como en tantas otras de la economía, nos podríamos ahorrar estas crisis.

Excelente artículo.

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