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Kirchner tiene al español Manuel Lao contra las cuerdas. El pulso es tal que el primero le ha cerrado sus famosos casinos al segundo. Cuando ganó las elecciones argentinas en 2003, Néstor Kirchner realizó más de una declaración altisonante contra las empresas españolas y la nueva colonización que éstas estaban realizando. Pero ahora lo hace de otra manera, sin grandes declaraciones, aunque el objetivo es el mismo: echar del país o reducir la presencia del capital español en Argentina.

Eso lo sabe bien Antoni Brufau, presidente de Repsol YPF, que ha decidido vender una parte de YPF a empresarios locales, y lo conoce también Manuel Lao, presidente de Cirsa, una de los grandes grupos mundiales del juego. Kirchner lleva meses presionando a Lao para que ceda al capital privado argentino los dos barcos casino que la compañía española gestiona en Buenos Aires y que son una fuente inagotable de ingresos. En concreto, alrededor de 60 millones de euros al año.

Su último movimiento ha sido cerrarle a cal y canto esos dos barcos casino con un pretexto insólito: el conocido sindicalista ‘Caballo’ Suárez, líder del sindicato de los Obreros Marítimos (SUMO) y hombre cercano a Kirchner, obligó al capitán a bajarse del barco, lo que obligaba, a su vez, al resto de trabajadores a hacer lo mismo en función de la ley argentina. Los barcos llevan casi veinte días cerrados.

La respuesta de Cirsa ha sido la de advertir de que no pagará los sueldos a los trabajadores mientras estén cerrados los barcos, lo que ha provocado también manifestaciones de éstos por las calles de Buenos Aires exigiendo que se reabran los casinos.

En Buenos Aires todos están convencidos de que se trata de una maniobra más del presidente argentino para obligar a Lao a ceder en las negociaciones que mantienen desde hace semanas para que los barcos casino pasen a manos de Cristóbal López, un empresario local “del riñón de Kirchner”, como lo define la prensa local. “Esa es la opción más segura. La otra es que sea una maniobra del propio sindicalista ‘caballo’ Suárez, que ha visto que el acuerdo entre ambas partes está cerca y quiere su parte”, dicen fuentes argentinas.

Según las fuentes consultadas, este movimiento de Kirchner se debería a la negativa de Lao a ceder más en las negociaciones. Tal y como publicó El Confidencial, hasta este momento el acuerdo pasa porque Cirsa le ceda a Cristóbal López el 50% y la gestión de los barcos, mientras que López le cede el 50% del casino de Rosario, segunda ciudad de Argentina.

El problema es que todavía hay unos flecos por cerrar. Esos flecos tienen que ver con la inversión de 150 millones de euros necesaria en Rosario, y con la cantidad que aporta cada uno. Lógicamente, Cirsa quiere poner lo mínimo pues ya cede dos barcos a pleno rendimiento a cambio de uno que está por desarrollar. “Las negociaciones avanzan. Respecto a lo otro, nosotros no decimos nada. Sólo vamos a esperar a que los sindicatos se pongan de acuerdo”, dicen en la empresa española.

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